Originado en Estados Unidos, esta joven disciplina canina simula la caza de roedores en un entorno controlado y sin contacto con la presa, lo que lo convierte...
Originado en Estados Unidos, esta reciente disciplina canina simula la caza de roedores en un entorno controlado y sin contacto con la presa, lo que lo convierte en una actividad respetuosa tanto para los animales participantes como para sus titulares. Este deporte se basa en la habilidad natural de los perros para detectar olores, donde deben encontrar tubos que contienen ratas en medio de un laberinto de fardos de paja.
Una de las mayores ventajas del ‘barn hunt’, (cuya traducción natural y que mantiene la esencia en español sería ‘caza en el pajar’), es que es una actividad apta para perros de todos los tamaños, edades y condiciones físicas, incluidas las discapacidades, porque se adapta a las necesidades y habilidades individuales de cada perro ofreciendo un entorno inclusivo y accesible. Los dos únicos requisitos limitantes para la práctica de este deporte es que los perros sean capaces de atravesar un túnel de 18 centímetros de ancho con la altura de un fardo de paja, y que hayan cumplido los 6 meses para iniciarse en el entrenamiento.
Probablemente debido a estas características, la popularidad del ‘barn hunt’ en Estados Unidos ha llevado a que ferias y eventos dediquen espacios específicos para esta actividad convirtiéndolo en una atracción canina al igual que los humanos pueden disfrutar de la noria. En estos eventos, los visitantes pueden pagar una tarifa simbólica para acceder a una zona donde sus perros pueden practicar el ‘barn hunt’ durante unos veinte minutos. En lugar de utilizar ratas reales, se emplean recompensas alimenticias o incluso se puede llevar el juguete favorito del perro.
En qué consiste el ‘barn hunt’
Se basa en la búsqueda de ratas vivas escondidas en un laberinto de paja o de heno. Los perros deben utilizar su sentido del olfato para localizar a las ratas, que están protegidas dentro de contenedores seguros. Esta actividad no solo se aprovecha de las habilidades naturales de los perros, sino que también les proporciona un necesario ejercicio físico y mental.
Los perros que participan en actividades como el ‘barn hunt’ reciben múltiples beneficios, como la estimulación mental, el ejercicio físico y el fortalecimiento del vínculo entre cuidador y animal al promover la comunicación y la cooperación.
La caza en el pajar nació gracias a un perro, un pinscher miniatura llamado Zipper, en 2006. Su titular, Robin Nuttall, quiso inscribir a Zipper en alguna actividad deportiva que fomentara sus habilidades naturales de caza sin encontrar ninguna que admitiera a su pinscher o reuniera las características de participación que ella deseaba.
Frustrada por estas limitaciones, Nuttall creó un conjunto de reglas para un nuevo deporte canino que permitiera que cualquier perro, sin importar su tamaño o su raza, pudiera participar.
El trato ético hacia las ratas
Al igual que en el deporte ‘earthdog’, al que ya dedicamos un artículo, en el ‘barn hunt’ las ratas utilizadas están completamente protegidas y no sufren ningún daño. Las normas son muy claras y no hay contacto directo entre los perros y las ratas. Los roedores utilizados suelen ser mascotas de los participantes y están acostumbradas a la interacción humana y también con los perros.
Durante las competiciones, los roedores se colocan en contenedores seguros y ventilados que se esconden entre los fardos. Dichos contenedores están equipados con cama y espacio suficiente para que las ratas puedan moverse, girar y descansar cómodamente pero, no obstante, los jueces y el personal capacitado realizan una supervisión constante para asegurarse de que las ratas no sufran ningún daño y que no muestren síntomas de estrés o cansancio, para lo que se establece una rotación regular de los roedores.
De esta forma, las normas del ‘barn hunt?... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}