Dependiendo de las necesidades del hogar y el presupuesto que tengamos, tendremos que optar por uno u otro. Por ello, hay que conocer bien lo que cada uno puede ofrecer.
Con la llegada del verano y de las vacaciones, uno de los dilemas que suelen tener las personas es a donde viajan, qué actividades hacer, si van a la playa o a la montaña... En fin, se producen una serie de decisiones que, en este caso, se debaten con ganas por la llegada de esta época.
Sin embargo, también con la llegada de estos meses, las altas temperaturas son un auténtico desafío y muchas personas se debaten entre comprar un ventilador o un aire acondicionado.
Para poder elegir la mejor opción, desde PcComponentes ponen los argumentos necesarios para qué dispositivo obtener y combatir el calor del verano. Ventilador o aire acondicionado: esa es la cuestión
Ventiladores
Los ventiladores consumen menos en electricidad, lo que se traduce en ahorro de la energía y son una alternativa más económica que ofrece mayores opciones, desde los que son de techo hasta los de pie, pasando por los de mesa o torre. Es decir, se adapta al hogar y al presupuesto, por no hablar de la facilidad de instalación y de movilidad.
En comparación con los aires acondicionados, los ventiladores no reducen la humedad del aire, algo que puede ser un inconveniente en climas donde la alta humedad aumenta la sensación de calor. Reducen la sensación de calor y mejoran el confort en general, pero no enfrían el aire.
Es cierto que algunos ventiladores pueden ser ruidosos, pero existe una amplia variedad de opciones de configuraciones y funcionamiento supersilencioso para que, aunque funcione a la máxima potencia, no se escuche prácticamente nada.
¿En qué hay que fijarse para comprar un ventilador?
- Potencia: indica la cantidad de aire que expulsa, por lo que cuántos más vatios tenga, mejor capacidad de enfriar el aire tendrá. Dependiendo del tamaño de la habitación necesitas más o menos capacidad, pero 15 vatios es la mínima.
- Tamaño: por un lado, del dispositivo, ya que para estancias pequeñas con 1,12 m es suficiente, mientras que si superan los 20 m² es mejor decantarse por modelos de 1,32 m. Por otro lado, el de las aspas, pues de su tamaño depende la capacidad para mover el aire.
- Ruido: no debe sobrepasar los 45 dB, pero es mejor decantarse por modelos ultrasilenciosos que no generan más de 38 dB.
- Programación y mando a distancia: poder poner en marcha el ventilador de forma automática antes de llegar a casa y contar con un mando para seleccionar la velocidad de forma cómoda.
Aire acondicionado
Esta opción es para quienes buscan algo más potente y hay diferentes tipos según su configuración. Los más conocidos son los de pared o split y también existen los de pingüino o portátiles que tienen mayor facilidad de movimiento. Dependiendo de las necesidades, hay varias opciones para tener en la vivienda.
- Split: pese a que consumen más energía que los ventiladores, los modelos modernos están diseñados para ser energéticamente eficientes. Este tipo de dispositivo mantiene la temperatura constante y fresca en toda la habitación con un funcionamiento silencioso. No obstante, no hay que olvidarse del coste inicial, ya que requiere de un profesional y una vez instalado no se puede mover.
- Pingüino (portátil): este tipo de sistema de refrigeración comprarte con los ventiladores la facilidad de movimiento de una habitación a otra y la instalación sencilla al no requerir de un profesional, pero es importante que el dispositivo tenga una ventana cerca para colocar el tubo de escape de aire caliente. Asimismo, suelen tener una eficiencia menor que los sistemas split y son ligeramente más ruidosos.
¿En qué hay que fijarse para comprar un aire acondicionado?
- Potencia: adquirir un equipo más potente no quiere decir que el gasto vaya a ser mayor, sino que puede alcanzar antes la temperatura deseada.
- Tamaño: la superficie de la estancia o vivienda a enfriar, junto con la ubicación de las ventanas o la orientación, son clave para determinar el tipo de aparato que necesitas.
- Consumo: en la etiqueta de eficiencia energética se especifica una estimación del consumo de energía que gastará ese equipo en un año para no llevarte sorpresas en la factura.