Los ganaderos de Castilla y León claman contra la sentencia que se hizo pública este lunes, en la que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declaró ilegal la ley de Castilla y León que permite cazar lobos, incluso en estado de conservación desfavorable o inadecuado a nivel nacional.
El sector considera que el lobo es un animal que se encuentra descontrolado y en continua expansión por el territorio de la región poniendo en serio peligro al sector primario, gravemente afectado por los ataques de este animal a sus explotaciones, dejando solo el año pasado más de 5.566 cabezas muertas en los 3.558 ataques registrados en Castilla y León.
"Es un clavo más en el ataúd del sector primario. Un sector que la Unión Europea, siguiendo las directrices de la Agenda 2030, quiere exterminar. No les interesa el lobo, sino destruir el sector primario. Un ataque con la colaboración del Partido Socialista Europeo y del Partido Popular Europeo", sostiene Francisco Javier Ruiz, ganadero de extensivo en Valverzoso, en plena montaña palentina.
El ganadero asegura que el lobo ha bajado al municipio, al igual que ya ha ocurrido con el oso. "Ahora es más probable cruzarse en el pueblo con un oso que con un vecino", recalca este profesional, que ha sufrido varios ataques en el último año en su explotación, matando tanto a terneros como también a potros.
La Justicia europea declara ilegal la ley de Castilla y León que permite cazar lobos
EP
Ganado en expansión
"No entendemos esta sobreprotección del lobo cuando se ha demostrado que tenemos más lobos que nunca y que, precisamente, donde más se controlaba el lobo es donde más lobos se cazaban", explica por su parte David Tejerina, responsable de Organización de COAG Castilla y León y, también, ganadero de ovino en el municipio palentino de Valle del Retortillo.
En este sentido, Tejerina asegura que muchos municipios de la región, sobre todo los más cercanos a la montaña, están teniendo que abandonar la actividad ganadera porque sufren ataques de forma diaria. Algo que considera muy negativo, ya que la ganadería de extensión, entre otras muchas cosas, limpia los montes y es una de las claves en la prevención de incendios forestales.
"Nosotros, desde luego, no queremos exterminar a los lobos, ni mucho menos, pero sí que, en determinados momentos puntuales, cuando hay manadas o lobos solitarios que atacan un día sí y otro también, hay que hacer algo", sostiene al mismo tiempo que incide en que "tampoco entendemos esta sobreprotección".
Tejerina no ha sufrido, hasta el momento, ningún ataque masivo de lobo, pero sí que ha visto cómo estos han devorado las ovejas muertas que en invierno ha dejado a las puertas de su nave esperando que el camión de recogida de animales se las llevase. "Solo dejan la cabeza y el espinazo, se las comen enteras", afirma.
Tejerina defiende que el lobo se ha expandido en los últimos años por zonas en las que antes no estaba, como es el caso de este municipio palentino. "Mi abuelo y mi padre nunca habían conocido lobos y ahora, por desgracia, pues sí los tenemos. Es lo que nos ha tocado vivir", sostiene. Algo que ha obligado a este y al resto de ganaderos a aumentar las medidas de seguridad para evitar una desgracia.
"Hace treinta años podía tener a mis ovejas en un cercado, pero ahora ni me lo planteo. Ahora con el lobo, ¿cómo voy a dejar a mis ovejas ahí metidas teniendo al lobo merodeando y al acecho?", se pregunta este ganadero, quien asegura que solo cuentan con perros mastines para evitar este tipo de ataques.
En esta zona palentina, no solo el lobo se ha extendido y ha ganado terreno en los últimos años, sino también otros animales como los corzos o los jabalís, quienes ya han provocado más de un accidente de tráfico en el municipio y en las carreteras más cercanas.
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Unidad de datos
La Junta comparte la declaración
A las pocas horas de hacerse pública esta declaración, el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, aseguró que la Junta de Castilla y León acata esta sentencia. Suárez-Quiñones destacó que "se ha cazado en lugares donde están las mayores poblaciones de lobo del mundo. Nunca habrá caza del lobo si no está en un estado de conservación favorable". Al mismo tiempo que recordó que esta situación se debe al informe que cada seis años el Gobierno de España debe remitir a la Comisión Europea sobre el estado de conservación del lobo.
Fue en 2018 cuando hizo llegar un informe sexenal en el que se indicaba a la Comisión Europea que el lobo en España estaba en retroceso. "Un informe totalmente erróneo y que no se ajusta a la verdad. Que provocó la contrariedad de las comunidades autónomas que tenemos el lobo como Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León y que demostramos con datos que eso no era cierto", remarcó.
Actualmente, el Gobierno se encuentra elaborando el siguiente informe sexenal, el 2019-2024, para el que esta vez sí han pedido los datos a las comunidades autónomas y que Castilla y León tiene previsto entregar antes de final de año. "Unos datos que, lógicamente, van a ser de la realidad que conoce el mundo rural en nuestros pueblos. Y es que el lobo está en expansión, tanto en territorio como en población. Y, por lo tanto, no esperamos de este nuevo informe sexenal más que una declaración por parte del Gobierno de que el lobo está en España en estado de conservación favorable", destacó el consejero.
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Ataques en aumento
El número de ataques y cabezas de ganado muertas por daños de lobo en Castilla y León en 2023 ha continuado incrementándose, hasta alcanzar un total de 3.558 ataques, suponiendo un aumento del 16 % respecto a los registrados en 2022 (3.058) y de un 33 % respecto de los del año 2021 (2.669).
Por provincias, Ávila aglutinó en el año 2023 el 30 % de las cabezas muertas de toda Castilla y León, con 1.652, y un incremento de daños respecto del año 2021 del 11 %. Después, las provincias de Segovia, con 1.062 reses muertas, y Zamora, con 988, representan el 19 % y 18 %.
En Burgos se notificaron 697 animales muertos, representando el 13% de los daños, habiendo multiplicado por siete estos respecto del año 2021, pasando de 84 reses muertas en 2021 a 697 en 2023. Las provincias de Soria o Palencia también duplicaron los daños, pasando en Soria de 71 reses muertas en 2021 a 162 en 2023, y en Palencia de 168 en 2021 a 343 reses en 2023.
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