Ni terremoto ni caos: así es la vida en el ayuntamiento que dejó caer a Vox

Ni terremoto ni caos: así es la vida en el ayuntamiento que dejó caer a Vox

El Ayuntamiento de Gijón fue la primera gran institución en la que Vox salió del Gobierno. No fue por decisión propia, como ha sucedido en las comunidades autónomas en las que hasta hace dos semanas compartía Ejecutivo de coalición con el PP. El caso asturiano estalló el pasado octubre, poco más de 100 días después de la constitución de los ayuntamientos tras las municipales del 28-M. La alcaldesa, Carmen Moriyón (Foro Asturias), decidió expulsar a Vox del Gobierno municipal tras una polémica a cuenta del Festival de Cine de la ciudad. “Se acabó”, tuiteó la regidora, pero lo cierto es que poco ha cambiado desde entonces. ¿La razón? Uno de los dos ediles que tenía Abascal abandonó el partido y ha permitido a Moriyón mantener la mayoría absoluta de 14 concejales en el pleno municipal, entre fuertes críticas del PSOE, principal partido de la oposición y fuerza más votada en los comicios.

Foro Asturias (8 concejales) consiguió arrebatarle la alcaldía a los socialistas (9), gracias a un pacto a dos bandas con el PP (5) y Vox (2), y aunque estos últimos ya no estén en la ecuación, el partido ha amarrado sin sobresaltos el Gobierno municipal. De hecho, fuentes del Ejecutivo local y del PSOE reconocen que todo sigue absolutamente igual. Ni Moriyón se ha visto obligada a buscar alianzas con la izquierda -además del PSOE, obtuvieron representación IU y Podemos-, ni esta ha tenido la oportunidad de morder o condicionar la acción del Gobierno municipal.

En el caso de Gijón (272.000 habitantes), la aritmética ha sonreído a Foro, pero todavía es pronto para ver qué sucederá en los parlamentos regionales de las cinco comunidades en las que han saltado los gobiernos que hasta ahora compartían el PP y Vox a cuenta del reparto de los menores migrantes llegados a Canarias. En ninguno de ellos, Castilla y León, Extremadura, Aragón, Comunidad Valenciana y Murcia, los populares se valdrían por sí solos si el resto de fuerzas tejen un frente común, y en algunos, la izquierda suma más.

“La normalidad es total”, defienden fuentes del Gobierno municipal de Gijón, que, echando la vista atrás, llegan a calificar de “anécdota” la vorágine que atrapó al Ayuntamiento el pasado 4 de octubre, cuando la alcaldesa dio el paso de dinamitar el acuerdo que había firmado con Vox 110 días antes para desalojar al PSOE. “Moriyón siempre defendió que no era voluntaria de pactar con Vox. Sin embargo, una vez conocido el resultado de las elecciones, entendió que debía asumir la responsabilidad de dotar de estabilidad a la ciudad”, señalan las mismas voces, que destacan que la regidora se comprometió a que Gijón no perdería su carácter “abierto y amable”. “Si esa imagen corría peligro, advirtió que no iba a tener ningún problema en sacar a Vox. Y una vez que ocurrió, se les echó”, defienden las fuentes consultadas.

I. P. Chávarri

Lo que detonó la expulsión fue que la concejal de Festejos, Sara Álvarez Rouco, la cara visible de Vox en el equipo de Gobierno municipal, anunciase, sin consultar a ningún otro miembro del Ejecutivo, una serie de cambios en el Festival Internacional de Cine (FICX) para que el certamen se alejara de “sesgos y partidismos”. No era la primera vez que Foro Asturias y el PP chocaban con las políticas culturales que Vox intentó abanderar desde el departamento. De hecho, la alcaldesa y los concejales populares se llegaron a alinear con los partidos de izquierda y respaldaron una moción presentada por el PSOE, IU y Podemos en defensa de la libertad de expresión y del asturiano. Fue la respuesta a unas declaraciones de Álvarez Rouco en las que aseguró que “si se podía” no contrataría a artistas que usasen el asturiano, aunque posteriormente matizó sus palabras.

"Fue la excusa que buscó Moriyón", defiende Álvarez Rouco en referencia al hecho de que la alcaldesa se agarrase a los cambios en el Festival de Cine para expulsar a Vox. "Nos utilizó", remarca y añade que la ruptura del Gobierno no se materializó "hasta que se aseguraron que iban a tener el apoyo del concejal tránsfuga". Álvarez Rouco reprocha a la regidora que incumpliera el pacto antitransfuguismo suscrito por Foro, además de denunciar que, aunque formasen parte del Gobierno municipal, no quiso reunirse con ellos y les llegó a plantear que solicitaran por escrito un encuentro.

En Foro Asturias señalan que la relación con la oposición no ha variado lo más mínimo con o sin Vox en el Ejecutivo municipal. “Gijón es una ciudad que ha estado durante muchos años gobernada por el PSOE y consideran que es suya, que cualquier otro Gobierno no es legítimo”, censuran, al tiempo que los socialistas cargan contra Moriyón, a la que critican por apoyarse en un “tránsfuga” para gobernar.

Itziar Reyero

“Con nosotros no pactan nada. No es nuevo, en sus ocho años anteriores al frente del Ayuntamiento, Moriyón tampoco pactó nada. Nunca se sentaron a hablar, se dedican a hacer oposición a la oposición”, denuncia Monchu García, secretario general del PSOE en Gijón, en declaraciones a El Confidencial. Para el PSOE la ruptura con Vox no fue más que una calculada estrategia para construir una imagen de “moderación” que “no se ajusta a la realidad”.

A día de hoy, el protagonismo de Vox, según explican en Foro, es “muy reducido”. La única concejal que mantienen, Álvarez Rouco, compagina su acta de concejal y de diputada en el Parlamento regional, por lo que el tiempo que puede prestar a la ciudad es muy limitado. En el partido regionalista, además, no ocultan que su situación no es equiparable a lo que se puede vivir en otros ayuntamientos de España o instituciones. “Es la ventaja de tener un partido que no está atado a acuerdos en otras zonas o sitios. Eso nos da cierta independencia y facilidad para hacer lo que consideremos”, apuntan al día en el que alcaldesa Moriyón decidió que no iba a pasar ni una más.



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