Begoña Gómez quiere evitar que el vídeo de su declaración como imputada acabe abriendo los telediarios. El juez Juan Carlos Peinado la ha citado este viernes a las 10:00 por los presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, pero su defensa ya ha movido ficha para tratar de reducir el impacto mediático de esta comparecencia: en lugar de que la declaración se grabe en vídeo, como suele ser habitual, pide que solo se recoja el audio por su "relevancia pública".
En cuanto al 'paseíllo' de periodistas que estará esperándole a las puertas del juzgado, fuentes jurídicas apuntan a que su defensa no ha presentado por ahora ninguna solicitud. En caso de hacerlo, la decisión ya no dependería de Peinado, sino de la jueza decana de Madrid, María Jesús del Barco, quien solicitaría a su vez un informe a la Policía Nacional y otro a la empresa de seguridad del edificio. Si estos apreciaran un riesgo para la seguridad de Gómez, cabría facilitarle un acceso distinto al habitual.
En 2021, el fundador de Unidas Podemos, Juan Carlos Monedero, ya trató de activar esta vía para esquivar el 'paseíllo' durante su declaración como imputado en el caso Neurona. Su escrito apuntó para ello a la situación de restricciones en la entrada de los juzgados a consecuencia del covid y pidió que se le facilitara el acceso al edificio de una manera que no pusiera "en peligro la integridad personal", pero la decana rechazó su solicitud. Según concluyó, Monedero no aclaraba cuál era el riesgo concreto.
En otras ocasiones, los investigados no han presentado una solicitud formal para esquivar el 'paseíllo', pero han tratado de evitarlo igualmente entrando por puertas secundarias o presentándose horas antes de la citación, como sucedió recientemente con la pareja de Ayuso. Tampoco faltan los que siguen la estrategia contraria y buscan aprovecharse de la atención mediática, hasta el punto de ofrecer ruedas de prensa improvisadas en plena calle. Cada investigado —y defensa— tiene su propia táctica para enfrentarse a estas situaciones.
Audio, pero no vídeo
A falta de conocer por cuál se decanta Gómez, lo que sí está claro es que quiere blindar a toda costa lo que ocurre en el interior del juzgado. "Teniendo por presentado este escrito y por realizadas las manifestaciones anteriores, se acuerde que solo se proceda a la grabación del sonido de la declaración, pero no así a la imagen", ha solicitado su abogado. Según defiende, se trata limitar la grabación "a los solos efectos de la documentación" para evitar su "uso inadecuado" y difusión en medios de comunicación.
La mujer del presidente del Gobierno sigue así los pasos de otros personajes públicos que han intentado pasar de puntillas por los juzgados. Entre ellos, destaca la infanta Cristina, cuya defensa también pidió que solo se grabara el audio de su declaración durante la fase de instrucción. El juez del caso Nóos, José Castro, atendió su solicitud al considerar que no constituía "un trato privilegiado" e incluso prohibió el acceso a la sala con "cualquier dispositivo apto para la captación de imagen o sonido".
En aquella ocasión, el blindaje de la comparecencia sirvió de poco: un vídeo 'casero' acabó filtrándose y dos abogados fueron acusados de grabar la declaración a escondidas. Además, la infanta terminó declarando como acusada en el juicio, donde las reglas cambian: en la fase de instrucción, las comparecencias se celebran a puerta cerrada y después se facilita el vídeo a las partes personadas, pero en el caso de un juicio, cualquier ciudadano puede en principio asistir. De hecho, en juicios mediáticos como el de Nóos, los juzgados facilitan incluso una señal para seguirlo en directo, lo que permitió que se conociera el minuto a minuto de la declaración de la infanta.
En el caso de Begoña Gómez, la causa aún se encuentra en una fase embrionaria, por lo que la decisión de Peinado también podría marcar el modo en que se graban las próximas declaraciones. Fuentes jurídicas apuntan a que magistrados del Tribunal Supremo o de la Audiencia Nacional también han optado en ocasiones por facilitar solo el audio a las partes, aunque los motivos hayan variado de unos a otros. En el caso Púnica, por ejemplo, apuntan a que fue la tónica general durante el procedimiento, lo que llevó a que las partes solo pudieran acceder al audio de la declaración como investigada de Cristina Cifuentes, pero también de otros comparecientes sin relevancia pública.
Ese último argumento que la propia Gómez ha esgrimido, el de la relevancia pública, es el que lleva a algunos de los juristas consultados a considerar que su petición no debería tener recorrido. Según defienden, esta clase de medidas pueden justificarse con testigos protegidos o determinadas víctimas, pero no con otros comparecientes por el mero hecho de que se trate de personajes públicos. "No debe ser un criterio para hacerlo", concluye uno de ellos. "Todos somos iguales ante la Ley".
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