El tren de Artouste atraviesa una de las zonas más impresionantes de la cordillera pirenaica por un recorrido único
Un recorrido de diez kilómetros a más de dos mil metros de altura. Con estos datos, el de Artouste presume de ser el que circula a mayor altura de los catalogados como trenes turísticos, pero también de atravesar una de las zonas más bonitas y espectaculares del Valle d´Ossau. Para disfrutar de este plan hay que cruzar la frontera francesa. La aventura de montarse en este tren lleno de historia comienza a unos diez kilómetros de la frontera del Portalet, poco después de pasar la estación aragonesa de Formigal.
El recorrido atraviesa una de las zonas más bonitas y espectaculares del Valle d´Ossau
Una aventura completa
Llegar hasta el tren turístico más alto de Europa no es tan sencillo, aunque sí es un planazo de principio a fin. La primera parada será el pequeño pueblo de Fabrèges, donde hay que coger el teleférico de Sagette. Aquí ya nos podemos ir haciendo a la idea de la maravilla que nos espera arriba y cómo va cambiando el paisaje en los diez minutos que dura este primer trayecto.
En el camino hacia el tren se puede admirar de cerca el pico Midi de Ossau y lagos pirenaicos
El teleférico parte de unos 1.250 metros de altitud y termina a casi dos mil, en un lugar privilegiado para admirar de cerca el pico de Midi de Ossau y lagos de los Pirineos. Ya desde aquí parten algunas rutas por si quieres comenzar a explorar la zona. Otra opción es quedarse en su mirador esperando a que salga el tren.
Pasajeros al tren
El pequeño tren de Artouste, como es conocido, sorprende por su tamaño, pero también por sus vivos colores. Además, tiene una interesante historia que nos ayuda a entender el motivo de que exista un tren en una zona tan complicada como lo es el Valle d´Ossau. A principios del siglo pasado, la compañía del ferrocarril du Midi estaba centrada en construir vías de tren que conectaran las fábricas hidroeléctricas que salpicaban ya la zona. Para facilitar las obras de la presa del lago de Artouste fue necesario construir una vía nueva ya que era imposible llegar hasta las obras de otra forma.
La vía es tan estrecha que durante gran parte del recorrido el tren parece que está colgado del precipicio
El recorrido es tan impresionante que, una vez terminados los trabajos, decidieron aprovecharlo para uso turístico y, gracias a esa idea, hoy podemos disfrutar de un paseo a más de dos mil metros de altura durante casi una hora. Eso sí, es un paseo no apto para quienes tienen miedo a las alturas ya que la vía es tan estrecha que durante gran parte del recorrido el tren parece que está colgado del precipicio. Una experiencia con la que sí disfrutarán los amantes de la naturaleza y los paisajes de alta montaña. Y es que es complicado no dejar de sorprenderse durante prácticamente todo el recorrido.
Terminar en lo alto
Desde la estación du Lac las vistas son impresionantes y hay señalados varios puntos en los que es fácil quedarse con la boca abierta mirando el valle y los altísimos picos. Pero aquí no ha terminado el paseo. Tras una caminata de unos veinte minutos se llega al lago de Artouste, punto en el que sí se puede sentir que se está en lo más alto.
Bien medido
Cada etapa de este recorrido está bien señalizada y los tiempos medidos, por lo que solo hay que preocuparse de no perderse nada y de disfrutar de la maravilla de lugar al que se ha accedido. Las conexiones entre el tren y el teleférico están pensadas para poder relajarse y hacer todas las fotos necesarias. Y para que sea todavía más sencillo, puedes reservar un billete conjunto en la web de Aramon formigal-panticosa.com
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