Este alimento versátil se puede usar en múltiples recetas. Ya sea rallado, derretido, curado, en lonchas, de vaca o de cabra, el queso es uno de los fuertes de la gastronomía de España. Sin embargo, muchos se preguntan si su corteza se puede comer o no.
El queso es uno de los alimentos lácteos más populares en España, formando parte esencial de la reconocida dieta mediterránea. Muchos españoles disfrutan de este nutritivo producto como acompañamiento en diversas recetas, aperitivo, postre o tentempié. Sin embargo, a la hora de consumirlo, surge una duda común: ¿es recomendable comerse la corteza del queso?
Aunque algunas personas optan por consumir el queso con su corteza, los expertos advierten que esta práctica no siempre es aconsejable. La razón principal radica en la composición de la corteza, que puede estar elaborada con productos naturales o artificiales. Ante la incertidumbre sobre el origen de la corteza, lo más prudente es retirarla antes de consumir el queso.
¿Son perjudiciales para la salud?
Si bien las cortezas naturales no representan un riesgo para la salud, las artificiales pueden contener componentes poco recomendables, como ceras de uso alimenticio. Aunque estos materiales no contaminan el alimento ni resultan tóxicos, los especialistas sugieren evitar su ingesta. La recomendación general es prescindir de la corteza del queso, especialmente si se desconoce su procedencia.
Además, es crucial destacar que la calidad y el sabor del queso no se ven afectados por la ausencia de su corteza. También, cabe destacar que el valor nutricional del queso se mantiene intacto, independientemente de si se consume con o sin su cubierta exterior. Por lo tanto, optar por retirar la corteza del queso no implica perder ninguno de sus beneficios para la salud.
Tipos de corteza de queso
Esta parte del queso sirve para proteger el producto de agentes externos, ayuda a conservar su humedad y evita que los golpes produzcan daños. Existen varios tipos:
- Aceite de oliva u otros aceites de origen vegetal.
- Diferentes especias, como el pimentón o la pimienta.
- Distintas plantas aromáticas.
- Sidra.
- Cera, parafina o plásticos.
- Corteza generada por el propio queso en su maduración.
Ante la duda sobre la naturaleza de la corteza, ya sea natural o artificial, lo más sensato es retirarla y disfrutar del queso sin ningún tipo de riesgo para nuestro bienestar. Una alimentación consciente puede ser clave para mantener una vida saludable.
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