El leonberger, un perro majestuoso, que requiere conocimiento y socialización temprana


         El leonberger, un perro majestuoso, que requiere conocimiento y socialización temprana

El leonberger posee una doble capa de pelo impermeable y membranas interdigitales para nadar.

El origen de esta raza canina que hoy nos ocupa resulta de lo más singular, y entrelaza el patriotismo local con la afición por la cría de perros. Leonberg es una ciudad situada en el estado de Baden-Wurtemberg, en el suroeste de Alemania. En el siglo XIX, la ciudad destacaba por su actividad vitivinícola. Un detalle relevante para nuestra historia es destacar que en el escudo de armas de la ciudad se muestra un león rampante.

En la década de 1.830, el alcalde de la ciudad de Leonberg era Heinrich Essig, quien también era criador de perros y de caballos. Cabe suponer que, motivado por sus dos grandes pasiones, representar a su ciudad natal y criar perros, quiso desarrollar una raza parecida a un león; el león del escudo de armas. Para ello, inició un programa de cría utilizando landseer, San Bernardos y montaña de los Pirineos. Alcanzó su objetivo hacia 1846, cuando el nombre de leonberger se popularizó y la raza ganó gran aceptación. Debido a la majestuosa apariencia de la raza, Heinrich Essig atrajo una clientela célebre que incluía a Napoleón III, el rey Eduardo VII, el zar Alejandro II, y otros personajes ilustres como el compositor Wagner y el político italiano Giuseppe Garibaldi.

A pesar de este inicio aristocrático, hacia finales del siglo XIX, el leonberger se había consolidado como perro guardián y auxiliar en las granjas de la región de Baden-Wurtemberg, donde su prodigiosa fuerza física era valorada para tirar de carros. Con el cambio de siglo y especialmente durante las guerras mundiales, la cría del leonberger disminuyó considerablemente debido a la enorme dificultad y dedicación que requiere la raza.

Actualmente, el leonberger es preferentemente un perro familiar, pero también se ha destacado en actividades acuáticas y, desde principios del siglo XX, forma parte de las escuelas caninas de socorrismo en Canadá e Italia, junto a razas como el golden retriever y el terranova.

Excelente temperamento, siempre que se socialice adecuadamente

Se trata de una raza gigante cuyos machos pueden alcanzar los 70 kilogramos de peso, por lo que es necesario dedicarles tiempo y constancia para socializarlos adecuadamente. Un leonberger bien educado y acostumbrado a un entorno urbano es amigable, sociable con extraños, tolerante con niños y otros animales. Sin embargo, no se debe confundir este carácter equilibrado con la sumisión. Tal como indica la descripción del Kennel Club americano: “un leo puede ser muy amistoso, pero no son tontos”. Tienen una fuerte naturaleza protectora y son muy obedientes.

Aparte de su apariencia descomunal, hay otras consideraciones importantes a la hora de convivir con un leonberger. Sueltan enormes cantidades de pelo, lo que implica un mantenimiento exigente y un cepillado semanal. En la convivencia más casera, pese a su porte digno, son muy falderos y cariñosos, lo que puede resultar abrumador si una masa de 70 kilos quiere tumbarse sobre nuestro regazo.

No son recomendables los ejercicios de alto impacto debido a sus proporciones, pero son sorprendentemente ágiles. Un leonberger necesita espacio y tiempo diario para caminar, jugar, explorar y satisfacer sus necesidades físicas y psicológicas.

Para ampliar información sobre este molosoide de tipo montaña, se puede contactar con la Real Sociedad Canina de España. Aunque no es una raza habitual en nuestras calles, en ocasiones algún ejemplar se ofrece en adopción, como Maui, que se encuentra en Asturias.

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