El grito de los familiares de presos políticos en Nicaragua: “Están muriendo en prisión y nadie parece preocuparse por ellos”

Marcos Antonio Sánchez Hidalgo sufrió dos derrames cerebrales en la celda del Sistema Penitenciario La Modelo en menos de 15 días. El primero, el 24 de mayo, y el segundo, el 5 de junio pasado. El preso político quedó con secuelas bien marcadas: apenas puede caminar, porque arrastra su pie derecho, y la mano del mismo lado la tiene paralizada. Son sus compañeros de cautiverio quienes no sólo le ayudan a moverse, sino que les reclaman a los carceleros del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo atención médica para el hombre, de 48 años de edad. Pero la súplica de los reos ha sido desoída hasta la publicación de este artículo.

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