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El expresidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF) Luis Rubiales y sus colaboradores activaron una prolija fábrica de querellas contra multitud de periodistas para lavar su imagen pública. El abogado que materializó esa estrategia ha remitido ahora un listado de todas sus acciones al juzgado que les investiga por corrupción. La cacería judicial de Rubiales alcanzó al menos a 21 periodistas como José Ramón de la Morena, Isaac Fouto y Danae Boronat. También está el humorista Miguel Lago y hasta una peña del Cádiz llamada Euforia Cadista. De todas ellas, solo una terminó con una sentencia a su favor.
Fouto narra a este periódico que Rubiales le pidió 50.000 euros de indemnización por sus comentarios sobre la gestión que hizo la Federación del contencioso entre el Deportivo de La Coruña y el Fuenlabrada, que impidió a los gallegos jugar la última jornada de la temporada 2019-2020 al mismo tiempo que el resto de equipos que se disputaban la permanencia en Segunda División. El motivo fue un brote de covid en la plantilla madrileña y los gallegos acabaron descendiendo. En los chats de WhatsApp entre Rubiales y sus colaboradores a los que tuvo acceso El Confidencial asumían haber “adulterado la competición”.
“Es la primera demanda –relata el periodista– que me han puesto en la vida y no me han puesto ninguna más. Era larguísima y adjuntaba todos los tuits que había escrito criticando la gestión de la Federación de ese asunto. Me acusaba de ser el culpable de que le llamasen calvo por los comentarios que hacía la gente a mis tuits en los que le llamaban eso. Justo cuando iba a producirse la conciliación, me llamó y me dijo que había notado en mí un cambio de actitud y que me la iba a quitar. Cambio ninguno, le dije que lo que él quisiera, que yo iba a seguir haciendo mi trabajo. Lo que buscaba era amedrentar para que dejásemos de informar. Admito que era crítico con él”.
En esta lista de pleitos al que ha tenido acceso El Confidencial hay un total de 36 litigios en los que la Federación o alguno de sus miembros ejercen como demandantes contra periodistas y medios de comunicación o sus empresas editoras. En ocasiones los querellados se repiten. A la cabeza se sitúan periodistas de El Confidencial, como los dos que firman esta información, el redactor de la sección de Deportes Kike Marín y el director del medio, Nacho Cardero, así como la empresa editora.
Ninguna de estas acciones prosperó. Al menos una de ellas se presentó por un delito de revelación de secretos, lo que habría supuesto el ingreso en prisión. Cuando El Confidencial comenzó en abril de 2022 su serie de exclusivas del caso Supercopa Files, la Federación solicitó a un Juzgado de Pozuelo que prohibiese a este medio seguir publicando las informaciones. Su petición fue desestimada y la investigación periodística dio origen al procedimiento judicial que terminó con el arresto de Luis Rubiales dos años después y de su guardia pretoriana.
De todas ellas, la mayoría terminaron archivadas, muchas de ellas por desistimiento. Cuando Pedro Rocha sustituyó a Rubiales y se hizo cargo de la gestora, se retiró de muchos de los procedimientos. Abogados implicados en estos pleitos comparten con este periódico su impresión de que la intención fundamental era amedrentar a los periodistas críticos y generar trámites en los tribunales que luego se remuneraban a los abogados de confianza del anterior presidente.
Los pleitos corrían a cuenta de los fondos de la Federación y las realizaba CG Legal, el despacho privado de este abogado de confianza de Rubiales, que al mismo tiempo era alto cargo de la RFEF. Su nombre es Tomás González Cueto y se lucró con esta intensa actividad en los juzgados. La Guardia Civil cifra en 4,2 millones de euros el dinero que destinó la Federación al despacho privado de este directivo. González Cueto es uno de los principales investigados del caso que instruye el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Majadahonda.
Estas acciones judiciales alegaban presuntos delitos de injurias y calumnias, contra la intimidad y contra el derecho al honor. También hubo peticiones de rectificación. Además del periodista de la Cadena Cope Isaac Fouto, la presentadora de televisión y escritora Danae Boronat y el histórico locutor José Ramón de la Morena, está también el redactor de deportes de Onda Cero Rafael Fernández y el Grupo Atresmedia.
José Ramón de la Morena es uno de los nombres que aparece varias veces. "La última demanda –dice– fue por poner un tuit sobre la dimisión del presidente de la Federación Francesa de Fútbol por atacar a Zidane. Dije que, al menos que se supiera, él no había tenido que devolver dinero por celebrar una fiesta como la de Salobreña. Sólo por eso ya me puso una demanda".
“Yo le gané todas las denuncias, lo que él buscaba era que tuvieras que molestarte en encontrar un abogado, ir al juzgado, presentar alegaciones... Que te acabaras cansando y dejaras de hablar de Rubiales. Tiraba con pólvora de la Federación. Abría un cajón y tenía el dinero necesario para meter todas las querellas que quisiera. No lo pagaba él. Pero el resto teníamos que ir a comprar cartuchos", coincide el expresentador de El Larguero.
En la lista hay otros medios de prensa escrita y redactores o responsables. Está el diario El Mundo; su director, Joaquín Manso; la empresa editora, Unidad Editorial, y el periodista Iñako Díaz Guerra. Este último hizo alusión a su contencioso con Rubiales en una de sus columnas. Según dejó escrito, la frase que le costó ser demandado se refería al acuerdo de Rubiales y Piqué para la Supercopa en Arabia Saudí.
El literal era el siguiente: “Quizás no sea ilegal, pero es asquerosamente inmoral y el victimismo de ambos, ese empeño en venderse como benefactores de algo más que de ellos mismos y sus cuentas corrientes, es ridículo. Del tufo a 'Los santos inocentes' que desprende la relación entre el señorito y su agradecido capataz sin conciencia de clase, ya hablaremos otro día". El despacho GC Legal actuó a las órdenes de Rubiales contra el periodista Javier Encinas y la editora del Diario de Noticias de Navarra en el que trabaja. En conversación con El Confidencial, Encinas explicó así su recuerdo de aquel contencioso: “Te citan para un acto de conciliación previo a una querella amenazante. Está amedrentando a la profesión. Era un artículo de opinión. ¿Qué consigue? Silenciar a los medios”.
Periódicos regionales
Aparece también ABC y su columnista Salvador Sostres, pero también ABC de Sevilla y su redactor Alberto García Reyes. Están los periodistas de Marca Sergio Fernández y Jesús Rodríguez, el periodista Alejandro Entrambasaguas, de El Debate, y su empresa editora. También los columnistas Joaquín Serrano Yuste y Luis Algorri, de Vozpópuli. Culminan la nómina de demandados varios medios regionales como La Voz de Galicia y sus trabajadores Francisco Pastor y Xose Luis Vilela Conde y Andrés González de Chávez, de canario Diario de Avisos.
El humorista Miguel Lago fue demandado por Luis Rubiales por una presunta vulneración al derecho al honor a partir de un monólogo. El cómico hizo chistes a partir de las informaciones que jalonaban de escándalos la gestión del máximo responsable del fútbol español. Según desveló el humorista en un programa de televisión, el entonces presidente de la RFEF le pidió otros 50.000 euros de indemnización.
— Euforia Cadista (@EuforiaCadista) December 21, 2023
"Él (Rubiales) tuvo una época en la que, cuando era presidente de la Federación, todo aquel que se manifestaba en contra de su gestión o similares, ponía a los servicios jurídicos de la Federación a trabajar a tope, que eran los que pagaban la fiesta", comentó Lago.
Más allá de periodistas, la Federación y GC Legal emprendieron acciones contra otras personas e instituciones por diversos motivos. Entre ellas se encuentra una peña del Cádiz Club de Fútbol llamada Euforia Cadista, que fue demandada también por injurias y calumnias. Vicky Larrán es su presidenta y cuenta a El Confidencial que cuando empezaron a conocerse sus escándalos de presunta corrupción confeccionaron unos billetes de dólar con su cara y los difundieron en sus redes sociales. La cuenta de X de esta peña tiene 672 seguidores.
“Somos una peña familiar, de ochenta personas, imagínate. Cuando fuimos al acto de conciliación les dijimos que nos retractábamos de lo que hiciese falta. Decidimos que no íbamos a volver a decir nada más de nadie. Luego pasó lo del beso y la cosa se quedó ahí, no volvimos a saber nada. Supongo que tendría cosas más importantes de las que preocuparse”.
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