Nuevo portazo a las pretensiones de Carles Puigdemont de ser investido y volver a su despacho de la Generalitat. Esta vez del propio presidente del Gobierno que descarta "completamente" esta posibilidad. Pedro Sánchez, en una entrevista esta mañana en la Sexta, le comparó con Alberto Núñez Feijóo con la diferencia de que el candidato de Junts ni siquiera ha ganado las elecciones. "Le costará más o menos tiempo, pero al final la realidad es la realidad y no le dan los números para ser elegido presidente", afirmó.
Puede hacer como el dirigente popular "decir aquello de que no es presidente porque no quiere", ironizó el jefe del Ejecutivo. Pero, "no hay una mayoría parlamentaria independentista" y, por tanto, "todos los caminos conducen a Salvador Illa". Sánchez no contempla otra alternativa, pese a la exigencia de Puigdemont de que le haga presidente con la abstención del PSC y su amenaza de retirarle el apoyo de los siete diputados de Junts en el Congreso.
A pesar de que estos escaños son fundamentales, el presidente defendió que existe "una mayoría parlamentaria amplia para sacar adelante distintas iniciativas" y que los planos, Cataluña y la situación nacional, "son distintos". Además, advirtió, "conviene no equivocarse porque el pasado 23 de julio la sociedad catalana fue bastante explícita", en referencia al gran respaldo que el PSOE obtuvo y que fue la clave para que no hubiera un gobierno de PP y Vox.
Un aval que, según Sánchez, también puede interpretarse como un apoyo a su política de "convivencia" en Cataluña, que ahora ha ratificado el 12-M. A diferencia de Feijóo y su tesis de que el procés sigue vivo, el presidente del Gobierno sostuvo que se ha superado una "grave crisis constitucional" que atribuye a los independentistas y a la "impericia" del PP.
El jefe del Ejecutivo censuró que en la dirección popular no haya un debate sobre qué votar en la investidura de Illa. Y que ni siquiera los medios de comunicación pregunten por ello. Abundó en sus reproches a Feijóo por "mimetizarse con la extrema derecha", una estrategia que, indicó, no le está sirviendo para acabar con Vox. Y se mostró comprensivo con ERC, que es la llave para que el candidato del PSC se convierta en president. "Los partidos políticos tienen sus procesos internos, tienen sus etapas", señaló.
Hasta el 10 de junio, explicó, no hay que elegir a la Mesa del Parlament, que será la primera prueba de un posible entendimiento entre socialistas y republicanos, y hasta finales del mes de agosto hay tiempo para la constitución de un nuevo gobierno en Cataluña. Pero avisó: "Yo creo que la sociedad catalana lo que no aceptaría sería una repetición electoral".
A pesar de que se había apuntado la fecha del próximo martes para que el Consejo de Ministros aprobara el reconocimiento del Estado de Palestina, el presidente confirmó que no será esa día sino los "siguientes" porque aún se está coordinando con otros países para dar el paso. Sí avanzó que lo clarificará en su comparecencia en el Congreso del miércoles. Este fin de semana prevé cerrar los "últimos detalles" y abordar el asunto con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que incluso ha presionado para que se hiciera antes.
En esa intervención, Sánchez también informará sobre los contactos que su esposa Begoña Gómez ha mantenido con empresarios que han recibido contratos del Estado, publicados por este periódico. Fue justo la apertura de una investigación judicial, a raíz de una denuncia de Manos Limpias, lo que le llevó a abrir una reflexión de cinco días sobre su continuidad al frente de la Presidencia, que saldó no sólo con su permanencia sino con el anuncio de una lucha contra lo que él considera "desinformación" y el impulso a "medidas de regeneración democrática".
El presidente vincula las críticas a su gestión o las noticias sobre las actividades de su mujer a un intento de hacer caer a su Gobierno por su política "progresista". Este viernes defendió que no hay reproche posible al trabajo de Begoña Gómez y que "no hay caso", sino "fango". Pero dio por hecho que el PP les citará a ambos a la comisión de investigación del Senado. "Van a llamar a mi mujer, me van a llamar a mí y van a intentar hacer cualquier cosa para desanimarme en lo político y en lo personal, pero a mí no me van a quebrar", subrayó.
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