Su alto contenido en compuestos antioxidantes y en otros nutrientes, como la fibra, lo hacen ideal para ocupar un lugar prominente en cualquier dieta saludable.
El tomate es una de las verduras favoritas en los países mediterráneos como España, conocidos por sus patrones dietéticos tradicionalmente saludables. Precisamente, parece que consumir habitualmente este popular fruto normalmente rojo podría tener una serie de efectos muy positivos para nuestra salud.
Los tomates son ricos en una serie de compuestos antioxidantes, como el beta-caroteno, el licopeno o la vitamina C, que se han relacionado en la evidencia científica con efectos protectores para distintas partes de cuerpo. No en vano, una revisión de la literatura especializada en el tema publicada en la revista académica Biology ha documentado posibles beneficios a la hora de prevenir la enfermedad cardíaca, las enfermedades neurodegenerativas o la diabetes de tipo 2.
Nueve beneficios del tomate avalados por la ciencia
Aunque existen muchos tipos diferentes de tomate ('cherry', pera, amarillo, negro...) todos ellos son en realidad el fruto de la planta Solanum lycopersicum y están, por tanto, emparentados con otras verduras y plantas comestibles como la patata o los pimientos.
Sus beneficios para la salud humana parecen derivar, en último término, de dos características: por un lado, su alto contenido en compuestos antioxidantes y, por otro, su gran concentración de fibra (tanto soluble como insoluble). A estos rasgos se une un perfil nutricional bajo en grasas y relativamente bajo en azúcares e hidratos de carbono.
Teniendo todo esto en cuenta, los efectos positivos del consumo habitual del tomate avalados por trabajos científicos podrían incluir:
- Ayuda a la función inmune. Según estudios incluidos en la señalada revisión, existen evidencias de que el zumo de tomate puede incrementar de manera significativa la concentración en sangre de ciertas células inmunes.
- Disminuye el riesgo de cáncer. El consumo habitual de los antioxidantes beta-caroteno y licopeno se han relacionado en la investigación científica con reducciones en el riesgo de desarrollar tumores. Por otra parte, algunos estudios han encontrado que la ingesta frecuente de tomates se asocia con un menor riesgo de cáncer de próstata en los varones (como recoge otra revisión publicada en Prostate Cancer & Prostatic Diseases). En general, las evidencias de que el tomate podría proteger contra cánceres como los de mama, colorrectales, de pulmón, de estómago o del tracto digestivo superior han motivado que se incluyan en las recomendaciones dietéticas para la prevención del cáncer de la Sociedad Americana del Cáncer.
- Mejora la salud cardiovascular. Existen numerosas razones para pensar que el tomate resulta altamente beneficioso para nuestra salud cardíaca, como señala la revisión de Biology. La evidencia ha relacionado incluso consumos puntuales con reducciones en los niveles totales de colesterol ldl y triglicéridos en sangre, así como con disminuciones de la inflamación y aumentos en los niveles de colesterol hdl (o colesterol 'bueno?).
- Podría incrementar la fertilidad en los varones. En el año 2017, un estudio publicado en Asia Pacific Journal of Clinical Nutrition concluyó que el consumo diario de zumo de tomate incrementaba la movilidad del esperma en los varones.
- Previene el estreñimiento. Una de las principales causas del estreñimiento son las dietas pobres en fibra, y otro es la ingesta baja de agua. El tomate es rico en ambos elementos, con lo que puede ayudar a prevenir el problema.
- Podría reducir el riesgo de diabetes de tipo 2. Existe cierto volumen de investigación que afirma que las dietas elevadas en licopeno podrían ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2, protegiendo las células frente a daños y reduciendo los niveles de inflamación en el cuerpo (como explica un artículo del medio especializado Mollecules). Similarmente, la ingesta elevada de fibra también se asocia a un menor riesgo de diabetes de tipo 2, según la revista científica Foods.
- Protege frente al síndrome metabólico. El síndrome metabólico se define como un grupo de patologías en una misma persona que incluiría la obesidad abdominal, la hipertensión, la hiperglucemia, los niveles elevados de triglicéridos en sangre y los ... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}