Las tunas femeninas también quieren rondar: "Vamos a abrirla a todas las personas que hasta ahora no han tenido cabida"


         Las tunas femeninas también quieren rondar: "Vamos a abrirla a todas las personas que hasta ahora no han tenido cabida"

Las mujeres han estado históricamente excluidas de estas asociaciones, salvo unas pocas excepciones.

Como cada viernes por la tarde, las tres amigas llegan al local de ensayo, se enfundan sus jubones negros y capas de tuna, cogen sus guitarras y bandurrias y empiezan a ensayar. Las tres estudian o tienen alguna relación con la Universidad Politécnica de Madrid y responden a un mote, como suele ocurrir con los miembros de la tuna: Billy, de 34 años, Barri, 29 y Ruidos, 28. Son las integrantes de la primera tuna integrada por mujeres en la historia de esta universidad y una más de las que están surgiendo como setas por toda España tras décadas de exclusión femenina de estas agrupaciones estudiantiles.

"Todos venimos un poco de ambientes donde la música tradicional está bastante incluida, o sea, de pueblos", declara Billy, una ingeniera de cara aniñada y pelo corto, hasta el punto de que, según sus compañeras de tuna, tiene un aire con el niño bailarín protagonista de la película Billy Elliot, de donde proviene su mote. "Cuando me encontré con las ganas de hacer tuna, me di cuenta que no había tunas femeninas en la Politécnica".

Ante ese vacío, hace dos años, las tres participaron en la fundación de la Tuna de Ingenieras de la Universidad Politécnica de Madrid, que en la actualidad está integrada por ocho mujeres y que, a pesar de la oposición que han encontrado por parte del sector tunero más tradicionalista, han logrado salir adelante "haciendo parche" por terrazas, organizando viajes, siendo contratadas para bodas, bautizos o comuniones y, en definitiva, "haciendo la ronda", la actividad por excelencia de las tunas.

"Al final, una tuna es eso, una asociación estudiantil que se une por la música, por los ratos que nos da la música, que no es solo tocar, sino salir por ahí, llevar un poco la música, la alegría…", declara, sentada a su lado, Barri, cubierta con una capa llena de escudos bordados, piercing en el labio y el pelo rizado teñido de rubio. La tercera de las tres, Ruidos, la más joven y la única que no ha estudiado en la UPM describe lo que ha sido para ella poder integrar una tuna: "Formar una familia alrededor de lo que te une, que es la música".

Una tuna para acogerlos a todos

La pionera de las tunas femeninas en la capital fue la de la vecina Universidad Complutense. Fundada en los años 90, en paralelo a otras dos en Alicante y Zaragoza, se ha mantenido como el único reducto para mujeres de todas las universidades de Madrid que querían integrar una tuna durante décadas. En los últimos años, sin embargo, los vientos de cambio parecen haber llegado por fin al mundo de estas asociaciones musicales de fuerte arraigo en las universidades españolas desde tiempos medievales.

"La tuna de la Complutense, abrió mucho camino y también es nuestro referente", asegura Billy. "Como que lo ves posible, de pronto es como: 'Oh, joder, están ahí, entonces ya está, voy a intentar hacer lo mismo'".

Su nombre proviene de tunar, un término que el diccionario de la RAE define como "andar vagando en vida libre" lo que dice mucho sobre los orígenes como juglares mendicantes de los integrantes de estas asociaciones. En tiempos modernos, son bandas de música tradicional con su particular estética que tocan por las calles en busca de una contribución económica o son contratadas para ambientar actos como bodas o celebraciones varias. Pero sobre todo, se han conservado como parte del paisaje universitario. Una de esas rarezas extemporáneas que sobreviven sin que casi nadie se plantee por qué y sin que casi nadie, se hubiera preguntado por qué solo estaban integradas por hombres salvo en las contadísimas excepciones mencionadas.

La de las ingenieras de la politécnica es, técnicamente, una tuna mixta dado que no está permitido que haya asociaciones que excluyan por una cuestión de género en la universidad. Esto supone que, en teoría, las tunas masculinas también están abiertas a la entrada de mujeres, aunque es algo que simplemente, no ocurre.

"Al final es como: 'Oficialmente, no te puedo cerrar este espacio, pero voy a hacer que te sientas lo suficientemente incómoda para que no quieras volver'. Y lo han conseguido, evidentemente. Al final es lo que nos encontramos, a día de hoy, no hay tunas mixtas", explica Barri.

"La nuestra está abierta a cualquier género, pero nuestra intención es abrirla a todas las personas que hasta ahora no han tenido cabida en la tuna, porque hay un perfil que ya tiene cabida en la tuna de una manera natural", declara Billy, que asegura que han encontrado total apoyo por parte del rectorado. "Lo recibieron hasta con ilusión... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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