Una investigación que acabe con los jefes de las mafias de la trata de seres humanos en la cárcel puede empezar de muchas formas. Desde por un chivatazo hasta por un simple flyer erótico, de esos que estas redes se encargan de repartir por los coches en los barrios y en los que dan las señas para que los interesados encuentren los pisos donde se obliga a mujeres a ejercer la prostitución.
Las investigaciones de este tipo suelen ser muy largas y minuciosas, ya que las organizaciones se encargan de atar en corto a sus víctimas para que no haya fugas, tampoco de información, que puedan acabar con su lucrativo y delictivo negocio. Uno de los momentos clave de estos procesos, y también uno de los más delicados, es aquel en el que las víctimas de la trata logran huir de los tratantes y declaran ante la Policía.
Para ello, y conscientes de que un clima de confianza es fundamental para que las mujeres que han caído en las redes de la trata puedan salir de ahí, en Madrid los investigadores policiales han puesto en marcha una pionera sala que busca que las víctimas se sientan lo más cómodas que sea posible en este trance.
La estancia, que surgió a iniciativa de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, y que se podría asemejar a lo que se conoce como una sala Gessell, facilita labores fundamentales a la hora de recabar testimonios delicados, como puede ser el velado de la identidad de la declarante o la distorsión de su voz y que son fundamentales a la hora de recoger detalles que cerquen a las mafias que trafican con personas.
Todo en esta sala está destinado a que las mujeres que sufren la trata se sientan "lo más cómodas que sea posible" al acudir a dependencias policiales. Este detalle no es menor, ya que estas mujeres se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad y en ocasiones incluso ellas o sus familias pueden estar amenazadas por las redes que las explotan. En este sentido, el más mínimo estímulo negativo que reciban puede dar al traste con el avance de una investigación.
Las fuentes consultadas subrayan que, antes de empezar a emplearse esta estancia, las entrevistas con las víctimas se llevaban a cabo en las dependencias de los grupos de investigación. Se trata de despachos policiales, donde los agentes llevan a cabo sus tareas cotidianas y donde estas mujeres podían recibir estímulos desagradables, como por ejemplo asistir, mientras esperaban a dar su testimonio, al desfile de detenidos por distintos delitos: "Eso no es lo mejor en estos casos".
Con este nuevo recurso, ubicado en otro lugar mucho más tranquilo del complejo de la Avenida de los Poblados, las víctimas no tienen contacto con escenas como las arriba citadas y prestan declaración en un entorno mucho más amable, sin interferencias y donde pueden estar, como destacan las fuentes, "mucho más relajadas" y contar con mayor intimidad para expresarse libremente.
En las investigaciones contra la trata, la confianza entre los agentes y las víctimas es fundamental, así como el papel de las ONG que en numerosas ocasiones sirven como nexo entre policías y víctimas para poder salir de las redes de las mafias. Esta confianza es fundamental a la hora de lograr un buen testimonio que favorezca la investigación y, en este sentido, la sala también cuenta con otros detalles que buscan evitar que las víctimas sufran una situación de estrés todavía mayor a la que se presupone en un episodio así.
La cámara, a la que ha podido acceder este diario, y al margen de los elementos habituales -mesa, ordenador…- que existen en este tipo de dependencias, cuenta ya con varios cuadros en sus paredes que llaman la atención y que juegan un papel importante. Como exponen las fuentes consultadas, se trata de obras que han pintado antiguas víctimas de trata que hoy están relacionadas con las ONG que luchan contra esta lacra, por lo que, además de pacificar el ambiente, sirven como ejemplo para las mujeres que tengan que pasar por allí para narrar su experiencia. Otras entidades, como la Asociación a favor de personas con discapacidad de la Policía, también están colaborando en el proceso de humanización de la estancia con pinturas realizadas por personas con discapacidad.
También guarda espacio la pionera estancia para que estén presentes aquellas personas que las víctimas deseen, ya sean integrantes de las asociaciones contra la trata con las que tengan confianza o incluso familiares, detalle que no es menor y puede resultar un apoyo fundamental para la víctima.
Según ha podido saber este diario, los investigadores ya están empezando a usar este espacio, que poco a poco irá recibiendo mejoras, pero que, como destacan, es una iniciativa pionera, ya que antes no se empleaba en víctimas de trata y que las mafias tendrán que temer porque, como se dice en el argot policial, "cuanto más tranquila esté la víctima, mejor será su testimonio". Y si los testimonios dan en la diana, los las mafias de la trata lo tendrán más complicado para seguir operando.
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