La causa palestina, bandera tradicional de la izquierda española, se ha revalorizado a las puertas de la campaña de las europeas. La polémica del Borkum, el carguero denunciado por diferentes entidades sociales por supuestamente transportar armas para Israel, ha puesto en evidencia cómo el POSE, Sumar y Podemos aspiran a capitalizar la causa y propulsarse electoralmente. Desde que el pasado martes saltó la noticia, el enfrentamiento entre los partidos ha sido constante, con las redes sociales como testigo, y ha provocado una nueva brecha en el seno del Gobierno de coalición. Los morados y la formación de Yolanda Díaz, conscientes de que la cita con las urnas es una prueba de fuego, se han lanzado a por los socialistas.
Sumar y Podemos se juegan mucho en las europeas del 9 de junio. Según la encuesta publicada este viernes por Agenda Pública, los primeros sacarían cuatro escaños y los segundos, dos. Yolanda Díaz, tras los malos resultados de las gallegas y las vascas, y las crisis internas con Compromís e Izquierda Unida, que han tensionado a la coalición y han puesto en duda su liderazgo, necesita demostrar que Sumar es un proyecto con futuro. Los morados, tras quedarse sin representación en el Gobierno y después de la fuga al Grupo Mixto en el Congreso, deben conseguir al menos un escaño para Irene Montero, su cabeza de lista. Sería la forma de garantizar una mínima tabla de salvación. De ahí el ataque sin cuartel de la propia Montero y de Ione Belarra contra el Ejecutivo en un tema muy sensible para el electorado de las tres formaciones.
"Estaba todo tan claro y nos lo estábamos inventando todo tanto que… el Borkum evita entrar en el puerto de Cartagena. Basta de hipocresía. Basta de criminalizar y ridiculizar al movimiento de solidaridad con Palestina. Actuamos para parar el genocidio", denunció Montero en X (antes Twitter) en cuanto se supo que el carguero, tras fondear varias horas en aguas de Cartagena, desistía y abandonaba España para seguir rumbo a Eslovenia.
La exministra de Igualdad llevaba dos días intercambiando duros reproches con el titular de Transportes, Óscar Puente, en las redes sociales a cuenta del barco. Y para los morados que el carguero no atracase en el muelle de Escombreras es la demostración de que sus denuncias no eran infundadas y de que los argumentos del Ejecutivo, que aseguró tener el compromiso del Gobierno de la República Checa de que el cargamento era suyo, eran papel mojado.
Los morados, con un discurso duro, en el que son comunes los términos "genocidio" o "Estado genocida", en referencia a Israel, además de llevar meses exigiendo a España la ruptura total de relaciones, vieron en la denuncia hecha por las entidades a favor de la causa palestina y en las dudas en torno al destino final del cargamento del buque la vía perfecta para morder al PSOE. Sin cargo alguno en el Gobierno, a diferencia de Sumar, Montero y Belarra no han tenido impedimento para elevar el tono y para mostrarse más combativas.
Fueron, por ejemplo, las primeras en recurrir a la Justicia. El miércoles anunciaron una denuncia ante la Audiencia Nacional para el bloqueo e inspección del buque, y aunque finalmente ha sido desestimada por el juez Ismael Moreno, a Sumar el gesto le pilló a contrapié y un día después, el jueves, anunció su propio recurso, en este caso ante la Fiscalía General del Estado. El motivo era el mismo, el bloqueo del carguero y del armamento, supuestamente, destinado a Israel.
Montero y Belarra, con un discurso más duro que el de Sumar, fueron las primeras en recurrir a la Justicia para intentar bloquear el barco
Íñigo Errejón ha sido el encargado de liderar la pugna contra el socio mayoritario de la coalición y no dudó en celebrar la decisión del Borkum de abandonar Cartagena sin hacer escala. "Victoria. Teníamos razón. Esperamos las disculpas mañana", tuiteó el portavoz de Sumar la medianoche del jueves. El mensaje fue contestado por Podemos, que puso en cuestión el hecho de que Sumar celebrarse la partida de un barco cuya carga, según el relato de ambos, podría acabar en Israel.
Las desavenencias entre las dos formaciones a cuenta de la causa palestina no son nuevas. Esta misma semana, en la comisión de Exteriores del Congreso y antes de que saltase la polémica del Borkum, el diputado de Podemos por Murcia, Javier Sánchez Serna, cargó contra una iniciativa de Sumar, entre otras cuestiones, por no calificar de "genocidio" la ofensiva de Israel en Gaza.
Pero Errejón, al igual que Podemos, también incidió en que algo sospechoso había en el hecho de que el buque, a pesar de esperar horas fondeado, decidiese seguir hasta Eslovenia. "Un barco que no tiene que ocultar, ¿por qué decide de madrugada finalmente no atracar en el puerto de Cartagena y seguir su ruta?", preguntó en X. Fuentes del Ministerio de Transportes consultadas por El Confidencial apuntan a que el barco, con todos los papeles en regla, en ningún momento debe trasladar a Capitanía Marítima el motivo por el que se marcha. Y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, preguntada por los periodistas, aseguró ayer que al armador, la empresa alemana Sunship, le había "molestado" la polémica desatada.
A rebufo en la causa palestina y con un discurso más comedido del que se puede permitir Podemos, Sumar ha quedado atrapado entre los morados y el PSOE. Previsiblemente, a lo largo de la campaña electoral de las europeas, Sánchez reconocerá al Estado de Palestina, junto a varios países, con los que está intentando cerrar una fecha conjunta. Son los tiempos que manejan los socialistas, que en ningún momento han permitido que sea Sumar ―el partido de Yolanda Díaz ha exigido en varias ocasiones que el reconocimiento llegase ya― el que decida el calendario en esta cuestión. Esta va a ser una de las banderas que emplee el PSOE como trampolín en las urnas, que diseñará una campaña bajo la idea fuerza de que el partido es la única alternativa a la ola reaccionaria que recorre Europa.
En más de una ocasión, en la pugna entre los dos socios del Gobierno de coalición, Díaz ha intentado marcar los ritmos a cuenta de la causa palestina, como estrategia para sacar cabeza, pero sin éxito. Los encontronazos con los socialistas han sido sonados, pero el PSOE siempre se ha acabado imponiendo, fue el caso del viaje que anunció la vicepresidenta Díaz a Cisjordania. El Ministerio de Asuntos Exteriores lo desautorizó y no se ha vuelto a saber más. También causó un fuerte malestar en el ala socialista la última iniciativa de Sumar, el envío de cartas del ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, a empresas españolas con intereses en Israel.
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