El quién es quién que llevó hasta el ladrón de la caja fuerte de la sede central de Unicaja

El quién es quién que llevó hasta el ladrón de la caja fuerte de la sede central de Unicaja

¿Recuerdan el juego de mesa de Quién es quién? Ese en el que un jugador debe adivinar el personaje oculto de su adversario, descartando opciones según las características físicas. Pues en algo parecido consistió el trabajo de los investigadores que han detenido a un técnico de seguridad de Unicaja como presunto autor del robo de la caja fuerte de la sede central del banco en la capital malagueña. Unas pesquisas que se prolongaron durante cinco meses y en las que fueron clave el dispositivo de control de acceso a las zonas restringidas.

Cuando los investigadores del Grupo de Atracos y Delitos Violentos arrancaron las pesquisas allá por el pasado mes de noviembre, partían con una terna de sospechosos, entre la que se encontraba el presunto autor del robo. Se trataba de E.K.V. Un técnico de seguridad que había trabajado para la entidad en otra época, y que en aquellos días lo hacía como autónomo para una subcontrata que estaba reestructurando el sistema de protección.

Fuentes consultadas por este periódico señalaron que los agentes de la Policía Nacional llegaron rápidamente a la conclusión de que el autor tenía "capacidad y formación" para abrir la caja fuerte, así como acceso a una "zona restringida" de la entidad.

Las pesquisas se centraron en las personas autorizadas para entrar en esos espacios controlados. Se investigó a un cajero de la entidad, que acabó muy afectado por la situación y que finalmente acabó descartado como sospechoso, así como a personas encargadas del transporte del dinero. Pero las distintas líneas de investigación fueron centrando el interés policial en la figura de E.K.V.. Un tipo de 38 años y origen armenio cuyo elevado nivel de vida no se correspondía con los ingresos que declaraba.

Pablo D. Almoguera. Málaga

Este desequilibrio era más que evidente simplemente repasando las propiedades a su nombre: una lujosa vivienda con piscina en la urbanización mijeña de El Higuerón; y un espectacular parque móvil compuesto por dos Audi y dos Tesla, uno de los cuales fue adquirido poco después de perpetrarse el robo, mientras que el otro estaba valorado en 120.000 euros. El investigado supuestamente también era propietario de un Ferrari que estaba a la venta en un concesionario.

El abanico, nombre con el que se bautizó la investigación por el característico logo de Unicaja, comenzó a cerrarse cuando se constató que el circuito de cámaras de seguridad de la entidad —ubicada en el 10 de la avenida de Andalucía— presuntamente fue "inhabilitado temporalmente" cuando se abrió la caja fuerte.

En este punto, como adelantó El Confidencial, y confirmó este martes la Comisaría Provincial de Málaga, hay que apuntar que el arrestado era un técnico dedicado a la instalación de sistemas de protección y vigilancia que trabaja como autónomo para una empresa subcontratada para realizar la "migración de nivel seguridad". "Es decir, una reestructuración de cámaras de grabación y de los servidores y equipos de almacenamiento", precisó la fuente oficial.

ABANICO UNICAJA

El elemento clave que concretó las indagaciones en torno a él fue el análisis de los dispositivos de entrada a los espacios de acceso limitado y que supuestamente registraron su presencia en el instante en el que se cometió el robo. La forma en la que lo llevó a cabo fue bastante sencilla, ya que aprovechó las grietas del protocolo de seguridad del banco.

Al haber estado trabajando en la entidad durante otra época, presuntamente fue haciéndose con las claves de apertura de la caja fuerte cada vez que se cambiaban, y lo único que hizo fue ir probando hasta que comprobó que una de ellas era la que estaba operativa en esos días.

Pensaba que no se iban a dar cuenta por las grandes cantidades dinero que se mueven en esa sucursal, pero fue el pasado mes de noviembre cuando un responsable del banco encargado de la caja de máxima seguridad se percató de "un importante descuadre" y se encendieron las alarmas.

En la casa del investigado, que disponía de cuatro coches, se hallaron cajas de Vega Sicilia y una nevera repleta de botellas de Moët & Chandon

La investigación ha podido constatar la sustracción de al menos 110.000 euros que el arrestado supuestamente trató de reintroducir en el circuito legal del dinero con el método del pitufeo. Circunstancia por la que, además de robo con fuerza, se le imputa un delito de blanqueo de capitales.

En el registro de la vivienda del acusado, que se llevó a cabo el 11 de abril, instantes después de la detención, se intervinieron 1.355 euros y cuatro vehículos, además de documentación y material informático. También se descubrieron otras cosas que llamaron la atención: cajas de Vega Sicilia y una nevera repleta de botellas de Moët & Chandon.

El dinero sustraído no ha sido recuperado, apuntaron las fuentes consultadas.



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