El órdago de Sánchez deja (más) huérfano al PSOE andaluz: Borbolla se suma a la revuelta

El órdago de Sánchez deja (más) huérfano al PSOE andaluz: Borbolla se suma a la revuelta

A nadie le puede sorprender que José Rodríguez de la Borbolla no esté entre los adeptos a Pedro Sánchez. El expresidente de la Junta de Andalucía forma parte de ese club de socialistas jacobinos, como Alfonso Guerra, poco amigo del entendimiento entre el PSOE y los partidos independentistas y nacionalistas. Como Guerra, su antiguo contrincante otra época de las constantes pugnas orgánicas que viven los socialistas, ha mostrado su visible desacuerdo con los pactos en los que se ha apoyado el presidente del Gobierno para dirigir el país. Pero el órdago del líder de su partido, los cinco días de reflexión y la posterior reacción de parte de la militancia y la cúpula ha acabado por encender a este exdirigente, lo que deja al PSOE andaluz casi huérfano de referentes a los que agarrarse en su travesía por la oposición.

"Una partida de arribistas e iletrados que acabarían siendo regidos por la voluntad torticera, desvergonzada y egocentrista de un 'puto amo". Así definió Borbolla a sus correligionarios en un artículo publicado recientemente en Diario de Sevilla para enfado de alguno de sus antiguos colaboradores, como Enrique Linde, que fue consejero bajo su mandato en la Junta, entre 1984 y 1990. "Tan iletrados y arribistas no seríamos", dijo el titular de Gobernación de Borbolla en su cuenta de X, donde también se ha pronunciado otro veterano socialista, ahora presidente del PSOE de Andalucía, Manuel Pezzi, que fue portavoz parlamentario bajo el liderazgo del sevillano en la formación. Para Pezzi, Borbolla utiliza "el estilo macarra de la peor ultraderecha para regocijo de la fachosfera".

Rodríguez de la Borbolla no ha mostrado ningún arrepentimiento este martes en una conversación informal con los periodistas antes de presentar el último libro de Jordi Sevilla en la capital andaluza. Ha declinado abundar en sus posicionamientos, pero sí ha dejado claro que no tiene ninguna intención de dejar el partido. "¿Por qué?", ha preguntado. Y tras recordarle sus palabras en el artículo publicado en Diario de Sevilla ha contestado, lacónico: "Todo tiene remedio". En la disquisición previa a la charla con el exministro de Administraciones Públicas ha pasado por encima del asunto, aunque Sevilla sí ha aludido a la actualidad para asegurar que su partido se ha "contagiado" del "populismo de Podemos" igual que ha hecho el PP con Vox.

Los posicionamientos de Borbolla, muy crítico con Sánchez, chocan de lleno con la actual dirección del PSOE andaluz que encabeza Juan Espadas y que está totalmente alineado con las directrices de Sánchez. No en vano su portavoz, Josele Aguilar, ha dicho este martes que el "cúmulo de insultos" dedicados por el expresidente de la Junta "sólo lo descalifica a él". "Se terminará arrepintiendo", ha vaticinado el dirigente socialista, que ha descartado que la Ejecutiva regional haya considerado algún tipo de represalia contra el político sevillano, aunque ha admitido la "tristeza" que le generan las palabras del exlíder del PSOE andaluz. "Con la derecha aplicando un plan de deterioro de los servicios públicos, se dedica a las descalificaciones a compañeros de partido", ha zanjado Aguilar.

Carlos Rocha. Sevilla

El tono del dirigente socialista destilaba una cierta decepción con la espantá de Rodríguez de la Borbolla, por más que sea coherente con los pronunciamientos previos del expresidente de la Junta. Cuando el PSOE federal, en momentos de zozobra, mira hacia atrás, se encuentra con la figura rehabilitada de José Luis Rodríguez Zapatero. Los socialistas andaluces ya casi no pueden buscar ese consuelo, menos aún después de las palabras del exlíder del PSOE andaluz.

Sus sucesores, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, están casi desaparecidos de la vida pública después de ser condenados en la pieza política del caso de los ERE fraudulentos. Griñán, con pena de cárcel, está a la espera de indulto, pero nunca ha ingresado en prisión porque padece un cáncer de próstata de complejo tratamiento. Chaves ha aparecido en algún acto y tenía intenciones de volver a tener presencia si finalmente el Supremo revocaba la sentencia de la Audiencia de Sevilla, cosa que no pasó. Su objetivo era sacar pecho de la gestión socialista que durante 37 años dirigió Andalucía y que nadie ensalza después del trauma provocado por la corrupción y de los problemas que acabaron por minar la confianza de la sociedad andaluza en el PSOE después de ser el partido hegemónico en la comunidad.

Pablo D. Almoguera. Málaga

Este último periodo y sus sombras son el motivo que impide a Susana Díaz ser ese referente para los socialistas andaluces, que tienen que gestionar ahora sus peores números en las encuestas y una suerte de desánimo casi crónico. La política sevillana sigue en la política activa como senadora por designación autonómica, pero sobre ella no solo pesa la perdida de la Junta, sino también su enfrentamiento con Pedro Sánchez en el Comité Federal de octubre de 2016 y las posteriores primarias que acabó ganando el actual presidente del Gobierno contra el criterio de la cúpula del PSOE. Y, sobre todo, que el liderazgo de Juan Espadas llegó después de unas elecciones internas que desalojaron a Díaz de San Vicente con el apoyo de Ferraz.

Estas circunstancias dejaban solo a Rodríguez de la Borbolla y a Rafael Escuredo, el primer presidente electo de la Junta, como referentes para el PSOE andaluz. El desmarque del primero deja a los socialistas con el primero de sus líderes en democracia. Escuredo, que acaba de cumplir 80 años, ha recibido los parabienes de la actual cúpula y es activo en redes sociales. Cuando las críticas de Felipe González y Alfonso Guerra arreciaron contra Sánchez, el expresidente andaluz, que compartió militancia y despacho de abogados con la histórica dupla, salió en defensa de Sánchez y pidió una oportunidad para la nueva camada de dirigentes del partido.

En su cuenta de X ha dado sobradas pruebas de este apoyo, pero también hubo un cierto viraje tras el órdago de Sánchez. "Si el PSOE no concreta sus medidas de regeneración, habremos hecho un pan con unas tortas", dijo el político sevillano como advertencia al líder del partido después de anunciar que se quedaba al frente del Gobierno tras los cinco días de abril que casi acabaron con el manual de resistencia.



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