Hubo un tiempo en el que Valencia se contempló a sí misma como el reflejo mediterráneo de una Manchester moderna. Las agitadoras élites musicales valencianas lideradas por Juan Santamaría, Carlos Simó, Jorge Albi y los gestores y promotores de Arena Auditorium, entre otros, crearon un vínculo con la explosión cultural de la urbe industrial inglesa desde la segunda mitad de los ochenta que se concretó en los conciertos de The Stone Roses, Happy Mondays, Inspiral Carpets, The Mock Turtles o James en la plenitud creativa de estas bandas. La mancuniana discoteca The Haçienda y las autóctonas Barraca y Arena Auditorium transitaban la historia musical europea por andenes paralelos. El apeadero para el público y su consecuente fin de trayecto llegarían antes del año 2000.
Desde la segunda mitad de los años 90, con la sala Arena y los templos de La Ruta en declive, el surgimiento de salas, discotecas, auditorios, clubs y festivales de música superó en oferta y programación a los antiguos epicentros musicales a la vez que dispersó la escena dificultando un relato uniforme. Los músicos de Mánchester siguieron pasando por Valencia, y sus localidades satélite, pese a que el sonido Manchester cedió el testigo al britpop, la electrónica bailable y el rock alternativo.
En diciembre de 1990, el periodista radiofónico Jorge Albi realizó durante siete horas la última fiesta de su programa La Conjura de las Danzas en la sala Arena. Fue la primera y la única vez que los británicos James visitaron la ciudad del Turia, hasta que el Deleste Festival anunció su incorporación al cartel de 2024. El próximo sábado 18, el grupo creado en 1982 subirá al escenario de los Jardines de Viveros.
Iñaki Villagra es uno de los directores del Deleste. Un festival con marcada vocación por el pop y el rock independiente, nacido en 2012 en paralelo al inicio de la programación del nuevo auditorio de La Rambleta, en el barrio de San Marcelino. "James es uno de los grupos que siempre hemos querido traer a Valencia, tanto al Deleste desde que nos mudamos a los Jardines de Viveros, como en cualquier ocasión que se ha planteado la posibilidad, pero siempre nos quedábamos con las ganas y con la sensación de que nunca sería posible. Este año fue el primer grupo en el que pensamos para el festival y nos llevamos unos chicos, este año tampoco va a ser".
Pasaron los meses y los organizadores seguían sin cerrar a la cabeza de cartel que necesitaban para armar el festival. "La competencia es voraz y nosotros no tenemos cheques en blanco, pero de repente en cuestión de pocos días, artistas que estaban descartados fueron contactando con nosotros y se nos planteó la opción de juntar tres auténticos cabeza de cartel, además teniendo como guinda del pastel a James. Tras hablarlo mucho entre nosotros, decidimos que este era el año de intentar la locura y dar un salto importante: tres días, con algunos de los grupos que siempre habíamos soñado tener en el festival, aunque nunca pensamos tenerlos juntos en una misma edición", comenta Villagra. El Deleste 2024 contará con Los Planetas, celebrando el 30 aniversario de su disco debut Super 8, y Editors, además de James, como cabezas de cartel diarios entre el 17 y el 19 de mayo.
Jorge Llabrés es el otro responsable del Deleste. Reconoce que fueron semanas de nervios muy intensos ya que son un festival modesto. "Esto es una carrera de fondo, aunque la banda ayudó a que todo pudiera llevarse a cabo y lo pusieron fácil porque tenían muchas ganas de volver a tocar en Valencia, donde no lo hacían desde 1990. Valencia ama a James y su líder Tim Booth lo sabe. Va a ser una de esas actuaciones que serán recordadas durante muchos años y que son un elemento diferenciador y dan un toque diferente respecto al resto de festivales que tienen lugar en nuestra ciudad".
El ecosistema valenciano de festivales es complejo, abundante y diverso en estilos y aforos. Los macrofestivales para más de 20.000 personas diarias y con financiación de fondos de inversión extranjeros conviven con las iniciativas privadas valencianas de promotoras clásicas y otras de nuevo cuño. "Hay mucha competencia que implica una mayor dificultad a la hora de diferenciarse y de buscar alternativas a toda la oferta existente. Aunque en el caso del Deleste siempre hemos tenido muy claro que queríamos hacer un festival que tuviera un sello propio a nivel artístico buscando alternativas a los macroeventos y donde el público pudiera tener acceso a propuestas que no fueran las habituales", incide Llabrés. El recinto de los Jardines de Viveros tiene una capacidad para alrededor de 5.000 espectadores.
Desde hace unos años, buena parte de los festivales autonómicos valencianos de pop ha renunciado a los nombres internacionales abasteciéndose exclusivamente del mainstream nacional, suficiente para agotar los abonos cada temporada. En Valencia ciudad, el Deleste será uno de los escasos festivales de pop rock con artistas foráneos en su cartel. "En nuestro caso, el apartado internacional ha ido ganando más peso, sobre todo después de la pandemia, por ofrecer algo diferente a lo que ya había en la ciudad, donde los festivales y eventos estaban centrados casi íntegramente por bandas y propuestas nacionales. Nosotros queríamos hacer algo con un sello personal, eso es lo que nos ha permitido mantenernos durante tantos años", concluye Llabrés.
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