Situado cerca de la confluencia de los ríos Aulencia y Guadarrama, este castillo del siglo XIV guarda las cicatrices de una de las épocas del pasado más turbulentas en España.
En las cercanías de la confluencia de los ríos Aulencia y Guadarrama, en el término municipal de Villanueva de la Cañada, se alza sobre el cerro de Horcajo un castillo poco conocido pero de gran valor histórico: el castillo de Villafranca, también llamado castillo de Aulencia. Esta fortaleza mudéjar castellana, cuya fecha exacta de construcción se desconoce, jugó un papel clave durante la Guerra Civil española.
Aunque la primera referencia documental del castillo data de 1450, en un testimonio de Don Alfonso en Madrid, donde se le nombra como fortaleza, se cree que su origen podría ser incluso anterior, remontándose a la época musulmana. Sin embargo, no existen pruebas concluyentes que confirmen esta hipótesis. Lo que sí se sabe es que en el siglo XIV pertenecía a García Fernández y posteriormente pasó a manos de Alfonso Álvarez de Toledo, noble al servicio de Juan II de Castilla.
A lo largo de los siglos, el castillo de Villafranca ha ido cambiando de propietarios. En 1880 fue adquirido por Fernando Puig y Gilbert, y en 1918 pasó a manos de la familia Ballesteros, sus actuales dueños. Durante todo este tiempo, sirvió de vivienda para el guarda de la finca en la que se encuentra, pero nunca dejó de ser propiedad privada.
Un testigo silencioso de la Batalla de Brunete
Pero sin duda, uno de los episodios más destacados de la historia de este castillo tuvo lugar durante la Guerra Civil española. En el verano de 1937, en plena Batalla de Brunete, sirvió de refugio para una brigada de soldados soviéticos que apoyaban al ejército republicano. Las tropas franquistas bombardearon el edificio, dejando cicatrices imborrables en sus muros que aún hoy son testigos de los combates que allí se libraron.
¿Se puede visitar el castillo de Villafranca?
Al encontrarse en una finca privada, no es posible acceder directamente al castillo para visitarlo. Sin embargo, los curiosos y amantes de la historia pueden fotografiarlo en la distancia, desde el cercado que rodea los terrenos de esta propiedad o hacer una ruta en sus inmediaciones.
Un enclave de gran valor ecológico
Además de su innegable valor histórico, el castillo de Villafranca se encuentra en una zona de gran riqueza natural. Está enclavado en una de las áreas de mayor valor ecológico del Parque Regional del curso medio del río Guadarrama, un espacio protegido creado en 1999 para preservar la biodiversidad y los ecosistemas de esta región madrileña.
Así pues, este desconocido castillo se erige como un testigo silencioso del pasado, guardando entre sus muros las huellas de siglos de historia y conflictos, a la vez que se integra en un entorno natural privilegiado. Una joya oculta que merece ser redescubierta por todos aquellos interesados en el rico patrimonio histórico y natural de la Comunidad de Madrid.
Apúntate a la newsletter y recibe en tu correo las mejores propuestas para viajar por el mundo.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}