:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F5eb%2F6ca%2F89b%2F5eb6ca89baa2b487ce40455d83023adb.jpg)
El exministro de Transportes José Luis Ábalos habló este lunes en el Senado de la noche en la que se vio en secreto con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez en Barajas. Tachó de "bulo" la información de que la dirigente bolivariana bajó decenas de maletas del avión y dijo que esa noche vio al comisionista Víctor de Aldama en el aeropuerto. Han pasado cuatro años y, para confirmar las incógnitas que todavía envuelven al suceso, el PP quiere las cintas que grabaron las cámaras de seguridad del aeropuerto que custodia un Juzgado de Madrid. Horas después del testimonio de Ábalos, los 'populares' lograron el aval del letrado del Senado para tramitar la petición a través del Consejo General del Poder Judicial, según informan a El Confidencial fuentes del partido.
La comparecencia de Ábalos en la Cámara Alta se produjo en el marco de la llamada ‘comisión Koldo’. Investiga la presunta trama corrupta que integró su asesor, Koldo García. Se le acusa de cobrar comisiones de una empresa a cambio de conseguir contratos púbicos millonarios de administraciones socialistas para la compra de material sanitario durante la pandemia. En ese entramado jugó un papel clave el empresario Víctor de Aldama, nexo entre el Ministerio de Transportes y la empresa investigada. De Aldama era además la persona a la que Air Europa encargó recuperar un dinero atrapado en Venezuela. Por eso para el PP es relevante su presencia esa noche en Barajas, pero Ábalos no precisó ante los senadores.
En cuanto al equipaje de la mandataria, el periódico 'Vozpópuli' informó en su día de que la comitiva venezolana bajó del avión con 40 maletas que se llevaron autoridades de la embajada de su país sin pasar ningún control. Recientemente, Koldo García ha rebajado considerablemente la cifra de maletas en varias entrevistas concedidas tras su arresto. Según relató a 'El Mundo', eran “seis maletas grandes y seis pequeñas que luego se volvieron a subir al avión”. “Si llegan a tener oro hubieran tenido que transportarse con un tráiler o con cuatro camiones”, añadió al tiempo que rechazó detenerse en aquel episodio. “De lo que pasó esa noche no quiero hablar ni muerto, pero sí puedo decir que Ábalos hizo lo que tenía que hacer para salvar a muchas empresas españolas en Venezuela”, concluyó.
Un vigilante de seguridad privada de Barajas presente esa noche en el aeropuerto dejó dicho ante notario que el personal de la compañía que operó el vuelo privado de Delcy Rodríguez a Madrid trasladó dos carros con maletas al exterior para colocarlos en sendos vehículos y que las maletas no pasaron ningún control de aduanas. El contenido de lo que llevaban esas maletas ha sido objeto de especulaciones a las que se ha referido Ábalos este lunes en el Senado: "Es de los bulos mejor instalados en este país". El exministro incluso ironizó con que las mismas pudieran esconder "oro o cocaína".
Los hechos se remontan a enero de 2020, poco antes de la pandemia. La ley de protección de datos obliga a destruir las imágenes que captan las cámaras de videovigilancia pasadas unas semanas, pero las cintas del Delcygate todavía existen. Se guardan en el Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, que investigó por prevaricación administrativa a los agentes que ese día permitieron que bajar del avión a la vicepresidenta venezolana. Sobre ella pesaba la prohibición de la UE de acceder a territorio europeo por la vulneración de Derechos Humanos en su país y a pesar de ello pasó la noche en la terminal de vuelos privados. La causa judicial se archivó, pero fue un carpetazo provisional.
Es una "prueba de convicción"
Al no ser un sobreseimiento libre de la causa, las imágenes de lo que pasó esa noche siguen guardadas en un cajón del edificio de los Juzgados de Plaza de Castilla de Madrid porque sigue siendo una “prueba de convicción”, indican a El Confidencial fuentes jurídicas. Es por ese motivo por el que el PP tiene que canalizar su petición a través del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Quince días después de que Koldo García inaugurase el calendario de comparecencias, el órgano de Gobierno de los jueces afirma a este periódico que todavía no les ha llegado ninguna solicitud de información del Partido Popular del Senado.
Preguntado a este respecto, el grupo parlamentario del Senado explica que ha sido una cuestión de trámites en la cámara. Indican que cuando se iniciaron los trabajos de esta comisión, ya se incluyó pedir las cintas de Barajas al CGPJ, pero el letrado del Senado advirtió que esa diligencia excedía el tema a investigar, centrado en la corrupción en torno a la compra de mascarillas en la pandemia.
Eso obligó al PP a ampliar el concepto de la comisión parlamentaria de investigación, pero todavía no se había votado en Pleno ni había fecha fijada para ello. El desenlace no entrañaba ninguna sorpresa porque el PP cuenta con mayoría absoluta en la Cámara, por lo que antes o después se habría aprobado esa ampliación de documentación. Ante esta perspectiva, el letrado del Senado aceptó este lunes por la tarde una batería de 94 peticiones de información para la comisión Koldo, entre la que se encuentra pedir las cintas, según explica el partido. Los cálculos de los populares es tener una respuesta de los tribunales en un plazo de unos 15 días.
A pesar de este aval parlamentario, fuentes jurídicas consultadas se muestran escépticas respecto a que el juzgado acepte ceder una prueba judicial a una comisión parlamentaria de investigación. Una prueba de convicción es un indicio considerado clave para el enjuiciamiento de un presunto delito. El Delcygate fue objeto de estudio por parte de la Fiscalía, el Tribunal Supremo, el Juzgado número 31 de Madrid y hasta el Tribunal Constitucional. Ninguna instancia judicial consideró que hubiese elementos para condenar al ministro, sus colaboradores o los policías y guardias civiles que estaban en Barajas esa noche. De las resoluciones judiciales se extrae que los magistrados no llegaron siquiera a ver el contenido de las cintas para llegar a sus conclusiones.
Los senadores confían en que la visualización de las cintas sirva al menos para despejar las dudas sobre algunos aspectos de lo sucedido esa noche. Las cintas estuvieron un tiempo en manos de AENA y recientemente el diario El Mundo público varios fotogramas de los vídeos. El Gobierno se opuso en su día a una petición formulada a través del portal de Transparencia para que cediera las imágenes. La respuesta del Ejecutivo es que eso sería dar datos de las instalaciones del aeropuerto, lo que podría ser una negligencia en el ámbito de seguridad. Además, consideró que hacer público lo que pasó esa noche en Barajas podría significar un conflicto diplomático con el régimen chavista de Nicolás Maduro.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}