Crea una tapa simulando 'dos rayas de cocaína' y gana un concurso de pinchos en Valladolid

Se queja de que cobran las tapas y el propietario responde de forma muy personal

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Una peculiar tapa surgida en Aldeamayor de San Martín, un municipio de unas 5.500 personas de la provincia de Valladolid, se ha vuelto viral y controvertida por su llamativa propuesta: su aspecto evoca la imagen de dos rayas de cocaína junto a un saquito de droga y un billete enrollado para esnifarla, pero en realidad son dos líneas de azúcar glas, un saco pollo a la Coca-Cola con salsa ahumada de bacon, y un canutillo relleno de mermelada de frambuesa.

El nombre de la tapa: "un pollo de coca... Cola". Es una creación de Jonatan Casero, dueño del establecimiento Mapogo Gastrobar, el bar de las piscinas municipales del pueblo. Casero la diseñó con un propósito específico: participar en el concurso de la Semana del Pincho del Villazgo.

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Tanto entre los vecinos del pueblo como en redes sociales, las opiniones sobre este plato están divididas: algunos critican que supuestamente pueda banalizar y fomentar el uso de drogas ilegales, mientras que otros defienden su originalidad y su valor artístico y gastronómico. A nivel puramente de sabor, muchos de los que lo han probado aseguran que les ha gustado, y lo cierto es que la polémica tapa ha conseguido llevarse la victoria en el concurso al que se presentó.

Ganador del concurso de pinchos

El Ayuntamiento de Aldeamayor de San Martín anunció el viernes que el "pollo de coca... Cola" era el ganador del concurso de pinchos de Villazgo 2024. Además, confirmó que el próximo 3 de agosto habrá una celebración en el Mapogo Gastrobar para degustar la curiosa tapa, con una actuación en directo del grupo de rock Stereograce.

La tapa de Jonatan Casero era una de las cuatro del pueblo que participaban en este certamen. Tras probar las cuatro, los vecinos podían llevar a cabo sus votaciones, y finalmente esta fue la ganadora al contar los resultados.

En declaraciones al medio El Norte de Castilla, Casero ha revelado que ya han vendido 600 de estas tapas (a dos euros cada una), y ha defendido su propuesta diciendo que "más que cocinero u hostelero, me considero artista", y que como artista tiene que "hacer algo que cree emociones". Además, ha negado que el plato fomente el consumo de droga, asegurando que "dudo que nadie vaya a drogarse porque haga este pincho o deje de drogarse porque no lo haga".

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