La posibilidad de que Pedro Sánchez rinda la Generalitat a Carles Puigdemont es la tesis a la que se aferra el PP para movilizar voto y crecer a costa del PSOE en las próximas elecciones europeas. El propio Alberto Núñez Feijóo defendió el martes, ante el Comité Ejecutivo Nacional del partido, que el líder de Junts gobernará en Cataluña. Y este viernes Esteban González Pons se reafirmó en que el compromiso de Sánchez de no investir al "prófugo" no es más que una "mentira electoral". Pero en privado la tesis es otra. Barones y dirigentes populares admiten que el escenario más factible es un pacto entre PSC y ERC, aunque asumen que las piezas de la negociación no comenzarán a moverse hasta después de los comicios del 9 de junio.
El análisis que hacen es que la opción "menos mala" para los republicanos es facilitar la investidura de Salvador Illa. "El único beneficiado de una repetición electoral sería Illa. Y ERC lo sabe", comenta un barón popular. Lo que también sospechan en privado es que si Sánchez se garantiza la Generalitat y, además, consigue "aguantar" o crecer en las elecciones europeas, la opción de un adelanto electoral no sería descabellada.
"La legislatura será inviable si el PSC aparta a Puigdemont de la ecuación", incide otro presidente autonómico, que apunta a que "ni siquiera Sánchez" sería capaz de "superar" la "inestabilidad" de una legislatura marcada por la presión de Junts y la pérdida del apoyo de los de Puigdemont. Eso sí, en lo que coinciden las voces consultadas es que el jefe del Ejecutivo no asumirá el "riesgo" de las urnas sin que confluyan dos factores: atesorar el Govern y conseguir un buen espaldarazo de las urnas el 9-J.
"Si le sacamos seis o siete escaños de distancia, no se la va a jugar. Pero si el margen entre PP y PSOE es mucho menor, todo puede pasar. Y en las europeas no le va a ir mal, porque el PSOE se va a comer a la izquierda y a parte del independentismo", asume un tercer barón autonómico. Esta hipótesis ha ganado fuerza también entre otros sectores del partido. "La legislatura no dará para más si Puigdemont no es presidente. Sánchez podrá ir a elecciones con el mensaje de la convivencia, porque no ha accedido al chantaje de Junts", reitera otro dirigente popular.
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Juan Soto Ivars
"Son muchos los factores que tiene casar, pero Sánchez es un optimista patológico. Ahora debe estar exultante por los resultados en Cataluña, así que lo veo posible", comentan también desde la dirección del PP en el Congreso. En Génova, por su parte, prefieren no entrar en el debate interno y se aferran a la tesis que espolean en público y que Feijóo convertirá en eje de su campaña electoral para "crecer por el centro" a costa del votante socialista más moderado: que Sánchez entregará a Junts la Generalitat para garantizarse la permanencia en la Moncloa.
En cualquier caso, en el entorno de Feijóo aseguran estar "preparados" para cualquier escenario. A falta de conseguir un impulso mayúsculo en Europa, el caudal político recuperado en Cataluña anima a la formación a mirar a la Moncloa con mucho más optimismo, ya sea en el corto o en el largo plazo. "El PP ha dado un paso de gigante para dar el cambio político que necesita nuestro país", analizó Borja Sémper el pasado lunes, en la resaca del escrutinio catalán.
En el PP agitaban desde hace meses que el intrincado calendario electoral de 2024, con elecciones en País Vasco y Cataluña, marcaría un "punto de inflexión" necesario en la legislatura de Sánchez por los difíciles equilibrios que el líder socialista se vería obligado a hacer entre sus socios en el Congreso, primero entre PNV y Bildu y, ahora, entre ERC y Junts. En las filas de los populares apuntan a que la "prueba de fuego" que marcará la continuidad del mandato de Sánchez será la negociación de los nuevos Presupuestos Generales del Estado.
En el partido, no obstante, verían precipitado que el hipotético adelanto electoral se situase tras el verano y apuntan a primavera de 2025 como opción más factible. El motivo que arguyen es el fiasco de Sumar en las sucesivas citas electorales y la caída tanto del proyecto de Yolanda Díaz como el de socios como ERC, que se dejó 13 escaños en las elecciones catalanas. "Sánchez necesita reconstruir la izquierda antes de precipitarse a las urnas", añade un líder territorial de los populares.
Por el momento, la Moncloa ya ha pinchado esta hipótesis y niega que esté en juego la continuidad de Sánchez al frente del Ejecutivo. "A esta legislatura le quedan tres años como poco", reiteró el pasado martes la ministra portavoz, Pilar Alegría. El jefe del Ejecutivo descartó también este viernes durante una entrevista para La Sexta la posibilidad de ceder a las exigencias de Puigdemont, y surfeó la posibilidad de que este le retire su apoyo en el Congreso. Pese a que los siete escaños de Junts son fundamentales, Sánchez insistió en que existe "una mayoría parlamentaria amplia para sacar adelante distintas iniciativas".
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