Luis Zahera: "Me asusta la polarización que existe hoy en día"


         Luis Zahera: "Me asusta la polarización que existe hoy en día"

El actor se somete a la entrevista 'Fuera de contexto' con Rebeca Marín en 20minutos.

Luis Zahera me confiesa que lleva sintiéndose fuera de contexto toda su vida: "Yo era el pequeño de cinco, tengo cuatro hermanas mayores y había una cosa ahí de fuera de contexto siempre".

Es el niño de la casa, donde siguen mandando ellas, un auténtico matriarcado gallego. "Las mujeres deberíais gobernar, sin lugar a dudas", me dice convencido. Un gallego al que cito en el restaurante gaditano El Lambuzo, un viaje gastronómico de norte a sur para un viajero de la vida.

Hoy estrena otro viaje, el que vive junto a Javier Gutiérrez en su última película, Pájaros. "Una road movie, como digo yo, un viaje por Valencia, Italia, Rumanía… Una historia muy bonita, humana, de dos perdedores".

Él encarna a uno de ellos, un hombre vulnerable, débil, romántico y cobarde. Un papel al que no nos tiene muy acostumbrados y que se aleja de esos personajes duros y violentos, como el de As Bestas, la aclamada película de Rodrigo Sorogoyen por la que ganó su segundo Goya a mejor actor de reparto.

"En As Bestas también se hablaba de esto, de a quién pertenece el territorio, del concepto frontera. Hay algo que me empieza a asustar ahora. Todo lo que está pasando con los inmigrantes… al final los inmigrantes son viajeros", opina.

Hablar de política le entristece, en realidad se considera un nostálgico, para el que cualquier tiempo pasado fue mejor: "Asusta esta polarización. Yo viví la transición, aquel momento que, joder, era maravilloso, veías La clave, ese programa donde todos se sentaban con todos, aquellos intelectuales…, pero ahora la cosa se torció".

El eterno copiloto que un día pasó a ser conductor, un viaje, el de su vida, en el que ha pasado de ser secundario al gran protagonista que es hoy, aunque a veces le incomode. "Estoy enamorado de esta profesión y fui poquito a poco. Estoy más acostumbrado a lo otro, a arropar al protagonista. No sé, volabas más libre, tenías menos responsabilidad como secundario y ahora estoy un poco con miedo también", detalla. Un miedo responsable, necesario, de esos que entierran y acaban con el ego.

"Yo viví la transición, cuando todos se sentaban con todos… Pero ahora la cosa se torció"

"Esta profesión depende mucho del azar… Mi golpe de suerte fue haber hecho tres producciones con Rodrigo Sorogoyen… y luego que me juntaran con José Coronado en Telecinco", asegura.

Suerte, como él dice, pero también mucho trabajo y valentía, como cuando se marchó, siendo muy joven, a Nueva York a "airearse", como decía su madre, y quitarse esa timidez que, como el acento, no le ha abandonado nunca. "Allí me espabilé y trabajé mucho tiempo en la demolición. Tuvimos que demoler una planta en las torres gemelas… Mi padre tenía un humor muy negro y me llamó, al tiempo, cuando cayeron las torres, y me dijo '¿tú no tendrás nada que ver con esto, no?'", me cuenta entre risas.

Su humor lo ha heredado y lo saca a pasear en su monólogo Chungo, que sigue de gira y vuelve a Madrid este mes: "Hablo un poco del colegio, de cuando era chico, de cuando vivía Franco, de mi tío Simeón, de La Coruña… Vamos, de la vida".

A punto de cumplir 58 años, pero todavía sintiéndose un niño. "Mis hermanas me decían 'tú eres muy ingenuo y muy infantil', y a mí al principio me molestaba mucho. Y finalmente descubrí que es verdad, que soy muy ingenuo y muy infantil. Y ahora estoy muy contento de serlo porque mi profesión va de eso, de jugar", destaca. Un juego en el que ganamos todos: él, que vive con pasión su trabajo; y el resto, que disfrutamos de su talento.

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