El turbo puede ser una de las piezas más caras para reparar en el vehículo, por ello esta sencilla, pero efectiva maniobra cada vez que se coja el automóvil puede hacerte ahorrar miles de euros y evitar un viaje al taller.
Durante los periodos vacacionales en España, como Semana Santa o la temporada estival, es muy habitual que se realicen viajes de larga duración y de muchos kilómetros, por lo que el coche puede sufrir bastante. Además, si no se llevan a cabo las acciones necesarias, algunas de las piezas del vehículo pueden tener daños que serán muy costosos de reparar en un taller, como por ejemplo el turbo.
El turbo es uno de los elementos más importantes del coche, ya que se encarga de proporcionar más combustible al motor a través de comprimir el aire. El problema de esta pieza es que también es una de las más caras de reparar, y es que su sustitución puede llegar a costar más de 5.000 euros en un taller. Por esta razón hay que intentar prolongar su vida útil el máximo de tiempo posible, y para ello uno de los mejores trucos es la llamada 'regla del minuto'.
¿Qué es la 'regla del minuto'?
La conocida como 'regla del minuto' es un truco que los conductores deben realizar cada vez que conduzca el coche para alargar todo lo que se pueda la utilidad del turbo. Este truco consiste básicamente en dejar el vehículo al ralentí justo al arrancar el motor del automóvil durante aproximadamente un minuto, y realizar la misma acción otros 60 segundos antes de apagarlo al finalizar el viaje.
El motivo de que se haga esto es que, una vez se enciende el motor, el aceite necesita tiempo para que pueda llegar a todas las piezas, y estas tienen que alcanzar una temperatura óptima para que funcionen de manera correcta y sin ningún tipo de contratiempo. Gracias a esta sencilla y efectiva 'regla del minuto', todos los elementos del vehículo podrán cumplir su cometido y responder de manera adecuada a las necesidades mecánicas del automóvil.
Además, también es crucial dejar el coche al ralentí una vez se llega al destino, ya que si se detiene de golpe el motor, el aceite deja de distribuirse repentinamente, lo que puede causar que se queme y, por ende, que se produzca una grave avería en el turbo que costará al propietario varios miles de euros. Por ello es importante llevar a cabo esta 'regla del minuto', sobre todo cuando se tienen que hacer viajes bastante largos en carretera, ya que así te puedes asegurar de que las piezas más importantes del automóvil no van a sufrir en exceso.
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