Introdujeron en la Península Ibérica ingredientes desconocidos hasta el momento, nuevas técnicas de cocina, recetas, y platos que actualmente son muy queridos en nuestra gastronomía, como las abóndigas.
En el amplísimo abanico de opciones que nos regala la gastronomía en España, las albóndigas ocupan un lugar destacado y muy querido. Y no es para menos; bien sea por su versatilidad, por su sencillez a la hora de hacerlas, o por su indescriptible sabor, este plato ha conquistado infinidad de paladares a lo largo y ancho del planeta.
Sin embargo, ¿sabemos cuál es su origen? Pocos conocen la fascinante historia detrás de este plato aparentemente simple. Para descubrir de dónde vienen las albóndigas, tenemos que viajar a la época del Al-Ándalus, donde el legado árabe influyó de forma directa en la gastronomía de la región y nos regaló este delicioso plato.
Además, también introdujeron nuevos ingredientes, técnicas de cocina y muchas recetas que transformaron la forma en que se cocinaba y se disfrutaba la comida en la Península Ibérica.
Un plato con más de 2000 años
Averiguar con exactitud el inicio de las albóndigas es prácticamente imposible porque hay documentos que aseguran que su origen está en el imperio romano, pero otras fuentes aseguran que fueron los árabes los que las introdujeron en la Península Ibérica.
Aun así, el origen de la palabra albóndiga procede de ‘al-bunduqa’, que en árabe significa bola o pelota, y le da sentido a la forma de esta comida. Por ello, se afirma que fueron ellos los que las colocaron en nuestro mapa.
Este plato era muy popular en los zocos donde residían las clases medias y bajas porque la receta era asequible, sencilla, nutritiva y casi como la conocemos hoy en día. Mezclaban la carne picada que tuviesen con muchas especias (canela, comino, cilantro, azafrán, perejil, menta fresca, etc.) hasta darles la forma redondeada para cocinarlas en agua hirviendo.
La evolución hacia la versión española
Aunque es cierto que no han sufrido grandes variaciones, con el paso de los años, las albóndigas han ido adaptándose a la gastronomía del momento. Por ejemplo, ya en el siglo XIII se introdujo el huevo a la mezcla de carne con especias para que fuese más fácil ligarlo todo y hacer bolas mucho más jugosas.
También han pasado de hervirse en agua, a freírlas en aceite de oliva o a cocinarlas en caldos o salsas. Y, en la actualidad, existen muchas versiones de la receta original. Hay personas que le añaden pan rallado a la carne, una rebanada de pan de molde con leche, verduras picadas, ajo, piñones, etc. De hecho, también han pasado a aplastarse, quitándoles la forma de bola y haciendo lo que se conoce como filete ruso.
Sea como sea, las albóndigas son un plato muy querido en nuestra gastronomía, y su historia nos recuerda la capacidad de la comida para traspasar fronteras y unir culturas.
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