El jurado declara culpable a Pepe Lomas, el librero de Ciudad Real que mató de dos disparos a un ladrón en su finca

El jurado declara culpable a Pepe Lomas, el librero de Ciudad Real que mató de dos disparos a un ladrón en su finca

El jurado popular ha declarado culpable de un delito de homicidio con dolo eventual al J.M.L.E., el librero que mató de dos disparos a Nelson David Ramírez, un hondureño de 35 años que accedió a su casa de campo, ubicada en el Parque Forestal de La Atalaya de Ciudad Real, para robar herramientas.

Así lo han dictaminado los miembros del jurado, que este sábado han alcanzado una posición, de siete votos contra dos, tras poco más de 24 horas de deliberación en la Audiencia Provincial de Ciudad Real.

El jurado también ha considerado probados los eximentes que se esgrimieron sobre que el acusado sufre una "anomalía" o "alteración psíquica", al igual que un atenuante por la confesión del delito ante los agentes de la Policía Nacional tras disparar al hombre que entró a su vivienda.

Por parte de la Fiscalía, que en un principio pedía doce años de prisión para el octogenario, ha rebajado su pena a los seis años de cárcel, teniendo en cuenta los eximentes y atenuantes tras escuchar el veredicto del jurado.

Fachada de la casa de campo situada en el paraje de La Atalaya de Ciudad Real. (EFE)Fachada de la casa de campo situada en el paraje de La Atalaya de Ciudad Real. (EFE) Fachada de la casa de campo situada en el paraje de La Atalaya de Ciudad Real. (EFE)

El suceso se produjo la madrugada del 1 de agosto de 2021 cuando un hombre accedió a la casa de campo del acusado y se sobresaltó por ruidos en el interior de la parcela. Tras despertarse, el acusado cogió una de sus escopetas --disponía diversas armas de caza en el interior de la vivienda-- y salió al exterior del inmueble.

En el interior de su parcela pudo observar, a una distancia de 15 metros, a una persona que portaba una motosierra apagada y otras herramientas que habría sustraído del cuarto de aperos de la casa de campo.

Al comprobar el acusado que estaba sufriendo un robo, se dirigió donde se encontraba el presunto ladrón para asestarle un disparo en el tórax a una distancia de cinco metros y sin aviso previo "con el ánimo de acabar con la vida" del intruso.

Acto seguido, el acusado volvió a efectuar un segundo disparo por la espalda que impactó en la cara posterior del tórax.

Ambos disparos causaron al intruso heridas mortales que acabaron con la vida de esta persona, que tenía múltiples antecedentes judiciales por robos.



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