La frase se incorporó para siempre al lenguaje popular de los británicos: Warts and all (Con verrugas y todo), ordenó Oliver Cromwell, el político que impuso durante 11 breves años una república en la monárquica Inglaterra, al pintor encargado de su retrato. Samuel Cooper no evitó en su trabajo ninguna de las imperfecciones del rostro del tirano. Desde entonces, la expresión es sinónimo de una actitud honesta, de ir con la verdad por delante. La princesa de Gales, Kate Middleton, quiso “retocar” la foto con la que pretendía acallar los rumores y especulaciones sobre su salud, y ha acabado hundiendo a la familia real inglesa en una crisis de credibilidad de difícil remontada.
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