Las malas noticias se acumulan para los usuarios del tren en Galicia. Se confirma un nuevo retraso en la entrega por parte de Talgo de las unidades Avril, de las que depende la llegada de la alta velocidad a las principales ciudades gallegas. Dos años después de la fecha indicada, el ministro de Transporte, Óscar Puente, no podrá cumplir su compromiso de poner los nuevos servicios este mes de marzo. La nueva demora es también un varapalo para el Eje Atlántico A Coruña-Vigo, la línea de media distancia más demandada de España, cuyo colapso se prevé aliviar con los Avril. La espera por un servicio de Cercanías que mejore la situación también debe esperar al menos un año más, una vez decidida por el Gobierno la renuncia a los Presupuestos de 2024.
Este miércoles en el Senado, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, admitía la existencia de un "déficit histórico" en las inversiones en las infraestructuras ferroviarias en Galicia, que aseguró que tratará de revertir en esta legislatura. El plazo se antoja largo para la alta velocidad, cuyas características con doble ancho de vía requieren trenes variables como los Avril de la serie 106, que acortarán el tiempo de viaje con Madrid en hasta 37 minutos. Pero lo es sobre todo para los usuarios del Eje Atlántico, que veían en las nuevas unidades una solución a corto plazo para aumentar las plazas y las frecuencias en la conexión entre las principales ciudades gallegas.
La insuficiencia de plazas, la impuntualidad de los trenes y la deficiente planificación de las frecuencias son demandas habituales de los usuarios del Eje Atlántico, que utilizan de media casi 10.000 viajeros diarios, organizados en asociaciones como Plataforma Media Distancia y el colectivo Perder O Tren. Ante sus reiteradas protestas, que incluyen una reclamación colectiva ante Renfe y Adif con la denuncia de las incidencias y de la "brecha territorial" del servicio, la operadora sostiene que el material con que cuenta actualmente le impide ofrecer más servicios y recuperar en torno a 90 trenes que se ofrecían antes de la pandemia.
Otro de los problemas específicos de la red gallega, que mueve siete millones de viajeros anuales, es que técnicamente está considerada media distancia, debido a su carácter interprovincial, pese a que sus características son las propias de un cercanías. Eso supone un obstáculo para las subvenciones que repercute en los billetes y un hándicap en la programación de servicios. La creación de Cercanías en Galicia es una vieja demanda que el BNG incluyó en su pacto con el PSOE para la investidura de Sánchez. Las dos áreas prioritarias para su puesta en marcha son las más pobladas: entre Vigo y Pontevedra y en el entorno de A Coruña y hacia Ferrol, pero todo indica que sufrirá un nuevo retraso con la renuncia a los Presupuestos de 2024.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, reaccionó con malestar a la caída de las cuentas para este año, que considera "una malísima noticia". Aunque no especificó la cuestión ferroviaria, apuntó que con esa decisión Galicia "se va a perder muchísimas cosas a las que tiene derecho", por lo que ordenó a la Consellería de Facenda que elabore un informe sobre el impacto concreto en la comunidad. Quien sí se centró en la cuestión ferroviaria fue su conselleira de Infraestructuras, Ethel Vázquez, que puso el foco en los acuerdos de investidura entre el PSOE y el BNG "que tanto publicitaron", y que ahora son "papel mojado". El Bloque, mientras, a través de su diputado, Néstor Rego, reclamó al Gobierno "las modificaciones necesarias" de sus Presupuestos para cumplir con la creación de Cercanías y la realización de estudios para modernizar la línea ferroviaria previstos en el acuerdo.
El previsible aplazamiento de las Cercanías cayó como una losa en las asociaciones de usuarios, que se tienen que conformar con los descuentos anunciados por el Ministerio de Transportes para paliar el retraso de los trenes Avril, con billetes de hasta 25 euros entre Madrid y Galicia y Asturias, las dos comunidades afectadas por el doble ancho de vía. El Gobierno estudia también compensaciones por la condición monopolística para Renfe en ambas líneas, ante la carencia de sus competidores de trenes de ancho variable.
"El retraso de la serie 106 es motivo de una causa judicial entre Talgo y Renfe, que reclama 166,6 millones de euros al fabricante"
El retraso de la serie 106 es motivo de una causa judicial entre Talgo y Renfe, que reclama 166,6 millones de euros al fabricante, al que acusa de cometer "un flagrante incumplimiento de sus obligaciones contractuales que está causando, a Renfe en particular y a los usuarios del transporte ferroviario en general, importantes perjuicios". Así figura en la carta remitida a Talgo el pasado 6 de marzo por su consejero delegado, Gonzalo Urquijo. En la precampaña de las últimas autonómicas, Óscar Puente viajó a Vigo para anunciar que el 1 de marzo se pondrían a la venta los billetes de las nuevas unidades, que entrarían en funcionamiento a lo largo de este mes, pero ya no hay fecha oficial para el inicio del servicio.
Con los presupuestos han caído, junto a la creación de Cercanías, otros estudios y proyectos que en años anteriores contaban con partidas menores, y que se esperaban acelerar en 2024. Entre ellas se encuentra la Salida Sur de Vigo, necesaria para conectar el Eje Atlántico con Portugal. En este caso, la renuncia de Sánchez a aprobar los Presupuestos de este año se ve agravada por el cambio político en el país vecino tras las elecciones del 10 de marzo, que desalojarán al Partido Socialista del Gobierno. Los socialistas se habían convertido en los principales defensores en Portugal del proyecto de línea de alta velocidad Oporto-Vigo, sobre el que ahora se ciernen nuevas incógnitas.
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