Tras negarse a declarar ante el juez, el empresario Víctor de Aldama salió el pasado jueves 22 de febrero de la Audiencia Nacional a paso ligero, tratando de ocultar su rostro a las cámaras de televisión. Con la cabeza gacha y cubierta por la capucha de una sudadera negra, el presidente del Zamora Club de Fútbol hacía apenas unos minutos que había quedado en libertad, después de ser detenido por su presunta implicación en el caso Koldo, la supuesta red de corrupción urdida para conseguir contratos públicos de suministro de mascarillas en lo peor de la pandemia a cambio del pago de comisiones presuntamente ilegales. Aquel día, casi todos los focos se centraban en Koldo García, el antiguo asesor del exministro José Luis Ábalos, señalado como la persona que “facilitó” el acceso a la Administración para lograr las adjudicaciones. Sin embargo, a medida que han trascendido detalles del sumario, la figura de De Aldama ha emergido como una de las piezas clave.
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