Javier Ortega Smith ha conseguido lo imposible en el Ayuntamiento de Madrid: poner de acuerdo a José Luis Martínez-Almeida con Rita Maestre y Reyes Maroto. El PP y los dos partidos de izquierdas en la capital, Más Madrid y el PSOE, reprobarán este jueves al portavoz de Vox tras su ataque al concejal Eduardo Fernández Rubiño en el último pleno del año, cuando golpeó de forma violenta una botella de agua vacía durante una discusión. Todos señalan con el dedo al dirigente de la formación ultraconservadora, también diputado en el Congreso.
Las posturas no han cambiado desde el episodio del pasado 22 de diciembre. Todos los partidos con representación en la ciudad, a excepción de Vox, censuran sin condiciones el comportamiento de Ortega Smith y exigen su dimisión. El portavoz municipal del partido de Santiago Abascal se niega a renunciar, por lo que será reprobado en el pleno extraordinario convocado a las 13 horas con un único punto en el orden del día.
El PP, que ha hecho pinza con la izquierda en este tema, insiste en denunciar el comportamiento inapropiado de Ortega Smith. "Es una actitud que es absolutamente reprobable y que no se debe dar en un pleno en nuestra ciudad ni en ningún sitio. Son actitudes que yo creo que tenemos que erradicar de la vida pública", dijo este martes la vicealcaldesa de Madrid, Inmaculada Sanz, que ha sido la última en pronunciarse al respecto.
Más Madrid y el PSOE, impulsores de la iniciativa, tampoco han variado su discurso, y todos votarán en el mismo sentido, salvo giro de última hora. Las dos formaciones han sido muy críticas con el dirigente de Vox desde su llegada al Ayuntamiento de Madrid. Los socialistas, incluso, ya intentaron su reprobación en el mes de noviembre por su presencia en las manifestaciones de Ferraz, aunque finalmente no entró en el orden del día porque fue registrada por la vía de urgencia y el PP lo rechazó. Ahora todo parece resuelto, aunque con una excepción.
Ortega Smith arroja una botella a un edil de Más Madrid y Almeida pide su dimisión
Lourdes Barragán
La moción insta al pleno a mostrar su "más absoluta condena y rechazo" a la actitud de Javier Ortega Smith, "absolutamente contraria a las normas de conducta a las que se debe cualquier representante del pueblo madrileño, así como a los principios democráticos de convivencia, y a la debida cortesía y el respeto a las normas de orden y de funcionamiento de los órganos municipales". También a que "abandone sus cargos de concejal del Ayuntamiento de Madrid y de diputado nacional".
Este último punto es la única duda en el resultado. El PP considera que exigir su renuncia como diputado nacional trasciende de las competencias del pleno de Cibeles, habida cuenta de que no tiene nada que ver con su actividad como concejal. Aunque Más Madrid y el PSOE rechazan esta consideración, los tres grupos municipales negociarán este jueves por la mañana un cambio en la moción. Fuentes consultadas explican a este diario que lo más probable es que se desarrolle una votación por puntos, de modo que cada petición se haga por separado. Pero el rechazo a la actitud de Ortega Smith, salvo sorpresa, está garantizado. También la ruptura total con el PP.
Ruptura total con el PP
La relación entre el equipo de Gobierno y Vox está muerta y sin visos de mejora. La situación llegó a un punto de no retorno la pasada legislatura, cuando Ortega Smith emprendió una estrategia de acoso y derribo contra el alcalde a cuenta de las restricciones de tráfico en Madrid Central, hasta el punto de tumbar los presupuestos de 2023. No hubo reconciliación posible, a pesar de que el dirigente de la formación ultraconservadora intentó rebajar la tensión durante la campaña, ante un posible Gobierno de coalición. Las urnas no respaldaron su plan y el PP obtuvo la primera mayoría absoluta en 12 años.
El inicio de la legislatura ha sido un calco de lo ya vivido. Vox ha situado al PP en la diana, con una crítica constante a sus políticas de calidad de aire, especialmente tras entrar en vigor este 1 de enero la prohibición de circular a los coches sin etiqueta medioambiental que no están empadronados en la ciudad. No sorprende a nadie. En el equipo de Gobierno hace tiempo que advierten de una "sobreactuación" constante en cada movimiento o palabra de Ortega Smith. Incluso reconocen que la relación con el resto de concejales del partido de Abascal es buena. "El problema es él", declaran. Y, seis meses después, Almeida tiene otra oportunidad de revancha contra el que fue su gran quebradero de cabeza.
Javier Ortega Smith ha quedado muy señalado mediáticamente tras el episodio con Eduardo Fernández Rubiño. El ayuntamiento en bloque, tanto a izquierda como derecha, reiteran que ha perdido toda la credibilidad para representar a los madrileños. Y la realidad es que su proyección en Cibeles se limita a este hecho. Desde la mayoría absoluta del PP ha pasado a un papel secundario, sin ningún poder de movilización o capacidad de influencia. Y hace tiempo que José Luis Martínez-Almeida no tiene ni la necesidad ni las ganas de atender sus exigencias. Así lo reconocen en su equipo y así lo confirman sus políticas.
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