En esta ocasión, todo sí salió según lo previsto: la nave Peregrino de la compañía Astrobotic se ha desintegrado contra la atmósfera terrestre en algún punto al norte de Nueva Zelanda, sobre el Pacífico Sur, tras 11 días de viaje espacial. El módulo, que aspiraba a ser el primero de titularidad privada en posarse en la Luna, había despegado de Cabo Cañaveral (Florida, EE UU) el 8 de enero a bordo del nuevo cohete Vulcan. Pero unas horas después de su despegue, Astrobotic informó de una anomalía fatal en sus sistemas de propulsión que impedían lograr su objetivo con éxito. Como contaba con suficiente combustible para maniobrar, la empresa, la NASA y el Gobierno de EE UU decidieron destruir la nave contra la Tierra en lugar de dejarla vagando como chatarra espacial.
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http://dlvr.it/T1b2tj
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