La policía alemana arrestó este jueves a Yusef M. L., alias el Pastilla después de un mes de fuga. Se escapó de la cárcel madrileña de Alcalá-Meco antes de Nochebuena, pasó por Francia y fue finalmente apresado en los alrededores de una estación de ferrocarril en Leipzig. La Policía Nacional reconstruye ahora sus pasos para determinar si contó con ayuda. Según informan a El Confidencial fuentes policiales, la principal línea de investigación es que el huido buscó apoyo de narcotraficantes ubicados en Alemania gracias a las indicaciones que le prestó un familiar.
Las mismas fuentes precisan que se trata de una banda marroquí dedicada al tráfico de drogas en ese país. Al momento de publicar esta información, no consta que se hayan producido más detenciones. La Dirección General de la Policía emitió este viernes una nota de prensa en la que aporta detalles de la operación. Las primeras pesquisas determinaron que, tras burlar los controles de la cárcel, el preso no se quedó en España. Su rastro apareció en la ciudad francesa de Montpellier.
Los investigadores de la Sección de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional abrieron una investigación y contactaron con sus colegas galos. Fruto de esa colaboración pudieron determinar entonces que Yusef M.L. había cruzado la frontera para acceder a Alemania. En las pesquisas incorporaron a la Bundeskriminalamt, la Oficina Federal de Investigación Criminal germana. Así llegaron a la convicción de que el Pastilla estaba acogido por una familia en Colonia, una ciudad al oeste del país con más de un millón de habitantes.
Resultó clave que una persona similar al fugitivo llegó a ser visualizada por una cámara de circuito cerrado de televisión en las proximidades del domicilio, pero no había certeza de su identidad. Tras la realización de comprobaciones de cotejo facial con la Comisaría General de Policía Científica-Grupo de Fisonómicos se obtuvo la comprobación positiva de que se trataba del fugitivo.
Una cámara resultó clave
Por ello, se solicitó de los homólogos de fugitivos en Alemania máxima atención a los posibles movimientos de esta persona y entorno, estableciéndose una alerta sobre el mismo que llevó a su detención en las proximidades de la estación de Leipzig. Cuando fue detectado no pudo ser identificado hasta que le realizaron el cotejo dactilar.
El Pastilla, de 20 años, se encontraba en prisión tras ser detenido por el asesinato en abril de Nayim K.A., alias Tayena, jefe de una de las facciones del crimen organizado en Ceuta, y de otro hombre de 26 años al que la banda confundió con un miembro de un grupo rival. La Guardia Civil lo detuvo a finales de mayo en el puerto de Algeciras y fue encarcelado provisionalmente en la cárcel de esta ciudad gaditana. Fue catalogado con nivel cinco en el Fichero de Internos de Especial Seguimiento (FIES) de Instituciones Penitenciarias, reservado a los internos más peligrosos.
Debido a su conflictividad con un grupo de internos de esa prisión, fue trasladado a Alcalá-Meco a principios del pasado mes de diciembre. En la víspera de Nochebuena se escapó justo después de unas comunicaciones con familiares, saltándose los controles de seguridad y mezclándose entre dichos familiares para huir sin violencia ni intimidación. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, abrió expediente a los funcionarios de la prisión por su responsabilidad en la cadena de errores que propició la fuga del preso.
Esta apertura de expediente afecta a tres funcionarios de la cárcel madrileña: la persona que condujo a El Pastilla hasta la sala de comunicaciones (el locutorio), el encargado de llevar a los familiares al exterior de la cárcel una vez que vieron a sus hijos (entre los que se camufló el joven prófugo) y la funcionaria de la puerta principal, que no advirtió de que una persona no le había dado el DNI antes de abandonar las instalaciones.
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