Ya en el imperio egipcio empezaron a valorar las propiedades del aloe vera, una planta que, pese a crecer en zonas desérticas, guarda una cantidad inimaginable de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales para el organismo.
Mucha gente ha conocido esta planta en pleno verano tras sufrir una quemadura solar debido a sus propiedades calmantes y cicatrizantes. También habrá muchos que hayan pasado mil veces a su lado pensando que es un cactus. Aunque es originalmente árabe, la especie se introdujo en el sur de Europa en el siglo XVII y en España no es difícil verla en zonas desérticas y arenales costeros. Pasa tan desapercibida que se desconocen todos los beneficiosos e interesantes secretos nutricionales que esconde.
El aloe vera, también denominada sábila, cuenta con más de trescientas especies. Pese a su larga historia como planta medicinal, sus cualidades ornamentales han restado valor a las nutricionales: por su procedencia, zonas desérticas y calurosas, y la majestuosidad de sus hojas, se la puede confundir con un cactus. En España, su cultivo es especialmente común en Córdoba y Canarias.
Ese paisaje árido que le es propio le confirió precisamente la fama de inmortal desde el imperio egipcio. Sorprendidos por el clima extremo en el que se cultivaba y por sus propiedades cicatrizantes, fue una de las preferidas de sus más afamadas reinas.
Propiedades extraordinarias en un solo elemento
La investigación nutricional ha identificado más de setenta compuestos en el aloe vera, fundamentalmente principalmente vitaminas, minerales, enzimas y aminoácidos, además de otras sustancias de interés para el cuerpo humano por su acción coagulante o astringente, entre otras.
Enumerando los elementos del contenido nutricional principal de esta planta es fácil entender que se haya ganado la fama de superalimento: fibra y vitaminas (C, B, E, ácido fólico) además de magnesio, potasio, sodio, fósforo, calcio, cinc y hierro.
- Antimicrobianas: contiene acemanano, que aumenta la resistencia inmunológica de nuestro organismo contra parásitos, virus y bacterias causantes de enfermedades.
- Adelgazantes: contiene glucomanano, fibra muy soluble eficaz para combatir la obesidad por la sensación de saciedad que produce.
- Protectoras del sistema cardiovascular: por su alto contenido en vitamina B1.
- Antioxidantes: la vitamina E, antioxidante natural, ayuda a proteger la piel para que no se produzca erupciones cutáneas, acné y psoriasis.
- Cicatrizantes: gracias a sus altas dosis de vitamina C actúa contra enfermedades de la piel, como dermatitis, psoriasis y contra los daños de la radiación solar.
¿Cómo incorporar el aloe vera a nuestra dieta?
Cultivando en casa una planta de aloe vera, en un jardín, si disponemos de él y las condiciones climatológicas lo permiten o en una maceta, tendremos a mano la posibilidad de disponer del nutritivo jugo interior que esconden sus hojas.
Las formas de consumirlo directamente desde la planta pueden ir desde preparar un zumo o un licuado hasta cortar las hojas para complementar ensaladas o añadir pulpa a una salsa. Entre los preparados industriales se pueden encontrar las cápsulas de aloe vera, los jarabes y también tés o infusiones de extracto de sus hojas.
Fuentes
Vega G, A., Ampuero C, N., Díaz N, L., & Lemus M, R. (2005). El aloe vera (Aloe Barbadensis Miller) como componente de alimentos funcionales. Revista chilena de nutrición, 32(3), 208-214. https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-75182005000300005&script=sci_arttext&tlng=en
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