La historia del niño que nació con dos cabezas hace 240 años, fue arrojado al fuego, acabó de 'freak' de feria y ahora se exhibe en un museo


         La historia del niño que nació con dos cabezas hace 240 años, fue arrojado al fuego, acabó de 'freak' de feria y ahora se exhibe en un museo

Craniopagus parasiticus es el nombre científico de una malformación muy poco frecuente que se produce cuando el feto se pega a su gemelo y termina situado...

Craniopagus parasiticus es el nombre científico de una malformación muy poco frecuente que se produce cuando el feto se pega a su gemelo y termina situado sobre la cabeza de éste. No desarrolla un cuerpo con tronco y extremidades, sino solo una cabeza con un rostro no del todo desarrollado. La causa está en el proceso de división de los embriones. Lo que en circunstancias normales daría lugar a gemelos, al producirse de manera incompleta resulta en un niño de dos cabezas.

La del gemelo parasitario es una malformación muy poco frecuente: se han documentado entre 2 y 3 casos por cada 5 millones de nacimientos. Pero aún más infrecuente es que ese ser humano sobreviva. Como que sólo se conoce un caso de bebe con craniopagus parasiticus que haya vivido más de dos años.

La India, 1783

No sabemos su nombre, pero sí que nació en mayo de 1783 en la aldea bengalí de Mundul Gait en el seno de una familia campesina hindú. La cabeza "parásita" de este niño estaba bien formada y presentaba señales de vida "independiente" (el gemelo subdesarrollado se denomina parásito y el desarrollado, autosito).

Su vida fue corta, difícil y miserable. Al verlo salir de entre las piernas de la madre, la partera, lo arrojó al fuego. No sabemos quién, seguramente la madre, pero alguien lo apartó de las llamas. El bebé sobrevivió a las quemaduras, aunque a la segunda cabeza le quedó una cicatriz en una oreja y junto a un ojo.

Dos cabezas pero una irregular e invertida

Las cabezas estaban unidas por la coronilla. Ambas tenían un tamaño y un desarrollo adecuados. La segunda cabeza se asentaba sobre la cabeza principal invertida y terminaba simplemente en un muñón parecido a un cuello, ha relatado Jan Bondenson en su libro A Cabinet of Medical Curiosities.

Aunque la cabeza principal estaba bien formada, la secundaria presentaba algunas irregularidades: los ojos y las orejas estaban poco desarrollados, la lengua era pequeña y la mandíbula estaba malformada, pero ambas podían moverse, según el análisis que años después haría el cirujano Everard Home.

Cuando el niño lloraba o sonreía, los rasgos de la segunda cabeza no siempre coincidían. Sin embargo, cuando se alimentaba a la cabeza principal, la segunda producía saliva. Además, si se le presentaba un pecho para que mamara, intentaba hacerlo. También secretaba lágrimas. Cuando dormía, la cabeza secundaria solía estar alerta y despierta, con los ojos muy abiertos.

Una atracción de feria

Los padres vieron que ese hijo deforme podía darles dinero: podía ser una atracción de feria. Y en eso convirtieron al pobre niño. Se mudaron a Calcuta y allí lo exhibieron a cambio de dinero ante multitudes que miraban entre asombradas y horrorizadas. Para algunos aquella curiosa fatalidad de la naturaleza era una encarnación de una divinidad hindú.

Por unas rupias más los padres, además de verlo, permitían tocarlo. Y puestos a ganar dinero, dado que el bebé se hizo famoso en esa parte de la India, consintieron exhibiciones privadas en casa de las familias pudientes. Así, en palacios y mansiones requerían al pequeño como mera diversión para sus fiestas.

Cuatro años de vida

El niño se había convertido en un objeto y en una fuente de ingresos para sus padres. Tan buen negocio fue que, cuenta National Geographic, los padres tuvieron ofertas para comprarlo, pero se negaron.

El niño de las dos cabezas murió pronto, a los cuatro años, víctima de la mordedura de una cobra. También en ese momento recibieron los padres ofertas para comprar el cuerpo, pero esta vez decidieron rechazar la ganancia de unas rupias más y prefirieron enterrarlo, según el relato de Bondenson.

Aquella cabeza única iba a acabar viajando hasta Inglaterra. Un agente de la Compañía de las Indias Orientales lo desenterró y practicó la autopsia. Luego entregó el cráneo a un capitán de barco quien lo llevó a Inglaterra. Allí ofreció aquella curiosidad de la naturaleza a Home, que hizo público el caso en 1790, con la descripción antes citada (también incluyó dibujos). El cráneo se exhibe hoy en el Museo Hunteriano de la Universidad de Glasgow.

Otros casos de 'craniopagus parasiticus'

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