La exposición que bucea en la vida de cien artistas y por qué estos se dedicaron al arte

La exposición que bucea en la vida de cien artistas y por qué estos se dedicaron al arte

A los padres de Cristina Garrido les gustaba pintar juntos. Era una actividad que Garrido veía habitualmente los fines de semana. Ni su padre ni su madre eran artistas, cada uno tenía un trabajo que no estaba vinculado al mundo del arte. Sin embargo, esa faceta y otras muchas fueron delimitando el que Garrido estudiara Bellas Artes. Todo el conjunto de fotografías y obras que de algún modo la influyeron son parte de El origen de las formas, una exposición en la que la madrileña se pregunta por qué algunas personas se dedican a crear y otras no.

“El origen de las formas nace a partir de una exposición anterior, El mejor trabajo del mundo, realizada en 2021”, explica Tania Pardo, la comisaria y subdirectora del CA2M, el centro de arte que acoge la muestra hasta principios de enero. En aquella ocasión, Garrido indagaba en cómo el artista por diversos motivos debía de abandonar por completo su actividad, entrevistando a multitud de figuras de los ochenta y noventa que renunciaron a continuar con aquello que habían emprendido como profesión. “Tomando ahora como punto de partida aquellas conversaciones y las causas que concurrieron en el abandono de su dedicación, el proyecto plantea qué circunstancias y factores son determinantes para continuar creando”.

Pardo ahonda en muchas de las cuestiones fundamentales que hacen que un artista se dedique o no a esta profesión. “Hablando con ella, empezamos a preguntarnos por qué hay artistas que permanecen en el arte, qué atraviesa eso, y qué tiene que ver también con el éxito”, reflexiona de un trabajo que hasta hace no mucho la historiografía del arte vinculaba directamente a lo divino.

“Todavía hay connotaciones muy decimonónicas sobre qué es ser artista, cuando en realidad influyen otro tipo de elementos como características que tienen que ver con lo psicológico, lo cultural o la educación”, expone, a la vez que da ejemplos claros de muchas de esas figuras que no solo eran bohemias o ricas, sino que fueron influidas por sus padres o tuvieron a alguien cercano que valoró su trabajo.

De Giotto a Paula Rego

Esa idea del artista taciturno, melancólico o genial sigue siendo una de las bases que fundamentan el entender de dónde vienen y hacia dónde van este tipo de personajes. La obra Grandes Maestros de la pintura occidental, un mural de grandes dimensiones con multitud de datos biográficos, que contienen información de cien pintores y pintoras representativos de la Historia del Arte, de Giotto a Paula Rego, invita a deconstruir algunas ideas preconcebidas sobre el arte de crear.

Parte de las imágenes que componen 'El origen de las formas'. (CA2M)Parte de las imágenes que componen 'El origen de las formas'. (CA2M) Parte de las imágenes que componen 'El origen de las formas'. (CA2M)

“Tenemos tan asumidas ciertas circunstancias en las vidas de determinados artistas, que a veces se cuentan como para construir esta idea del artista un poco mitificada”, dice Garrido, que en la muestra ha buceado en las vidas de un centenar de hombres y mujeres en los que el arte ha sido fundamental. “Por eso me decidí a rastrear en sus biografías, buscando esos pequeños elementos que pudieran explicar a estos artistas”.

Lo que Garrido encuentra son perfiles muy diferentes. En unos casos “es una fuerte oposición de los padres”, porque muchos pueden venir de una clase muy acomodada y se entiende el ser artista como una cosa bohemia y negativa. “En el caso de Manet, por ejemplo, su familia quería que estudiara Derecho”. Algo parecido ocurre con Miguel Ángel, cuyo padre se mostraba reacio a que fuera escultor por ser un trabajo muy físico, vinculado a la cantería. “Y en el caso de venir de una familia con menos recursos, tampoco muchas veces se entendía esto de dedicarse al arte porque también se contempla como algo muy grandilocuente y muy poco productivo”, recuerda.

Abraham Rivera

Luego también incide en la transmisión de la sensibilidad, “que muchas veces tenía lugar a través de las madres o de una tía, la parte como femenina”. Y apunta como la madre de Degas cantaba óperas en casa y organizaba encuentros. “O como va a ser la nanny de Leonora Carrington quien le lea las historias fantásticas que luego ella va a recuperar en su obra”, dice.

Esto le ha hecho valerse de varias lecturas, como La leyenda del artista, o Nacido bajo el signo de Saturno. Libros que han tratado de construir el mito del artista. “También desde la sociología se ha intentado inflar de anécdotas que no son verdad, como las de Vasari, que trataban de explicar cómo el genio sale de cualquier lugar y los artistas no tenían maestro, que eran descubiertos como cuando eran pastores en medio de un camino”, destaca.

Cristina Garrido

Después de la exposición que hizo sobre por qué algunos artistas abandonan su producción o deciden salirse del foco, un proyecto que se presentó en forma de instalación en la Fundación Didac, en Santiago de Compostela, Garrido empezó a reflexionar en lo que había ocurrido en su vida para poder desarrollar su vocación. “Me basé mucho en la teoría de los tres capitales de Pierre Bourdieu, que habla de el capital material, el capital social y el capital cultural”, indica.

“En este proyecto la artista explora los condicionantes que deciden la permanencia en el sistema del arte, y lo hace poniendo en el centro de la investigación su propia historia personal”, contrapone Pardo. “Con una particular utilización del método biográfico, aplica una metodología de investigación cualitativa en la que se integra el relato de su vida. Desterrando la narrativa oficial, Garrido se detiene también en lo anecdótico, una materia que recoge para que acabe formando parte constitutiva de la historia”.

Imágenes expuestas en la muestra 'El origen de las formas'. (CA2M)Imágenes expuestas en la muestra 'El origen de las formas'. (CA2M) Imágenes expuestas en la muestra 'El origen de las formas'. (CA2M)

Garrido, cuya trayectoria se ha movido internacionalmente, exponiendo en el British Museum de Londres o ciudades como Bruselas, Cali, La Habana o Zurich, introduce por primera vez su propia experiencia en este trabajo. “Para volver a plantear unas cuestiones que atraviesan toda su práctica y que serían extrapolables al resto de la comunidad artística”, describe Pardo. “Son problemas que se materializan en factores concretos como los medios de subsistencia, los orígenes, la clase social y las condiciones sociales en las que se desarrolla el artista, su intrahistoria, la formación académica, la legitimación profesional o el uso de códigos sociales en el contexto artístico”.

Por último, Garrido reflexiona sobre cómo las actuales políticas culturales van cerrando el acceso a otro tipo de gente, con menos recursos. “Después de la crisis, en 2008, el panorama ha cambiado bastante. Es mucho más difícil acceder. Además, la gente está en una lógica más productivista, mirando las salidas y demás, lógicamente”, comenta. “Y creo que también eso influye en el tipo de arte que puede derivar, como que se pueda apoyar para que haya una pluralidad también de discursos”.



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