Las 108 campanadas budistas representan la purificación de los pecados para iniciar el Año Nuevo libres de la negatividad.
En la mayoría de los países, la llegada del Año Nuevo se celebra con alegría y las tradicionales doce campanadas a la medianoche. Sin embargo, hay un rincón del mundo donde esta festividad se vive de manera diferente: Japón. Aquí, las campanas de los templos budistas no suenan doce veces, sino 108 veces.
Suelen comenzar a sonar pasadas las 23:40 de la noche hasta la medianoche, aunque depende del templo budista y no hay una regla común establecida.
¿Qué significan las 108 campanadas?
La tradición japonesa de las 108 campanadas se llama ‘Jyoya no kane’ (除夜の鐘), que significa literalmente 'campana de Nochevieja'. Aunque puede parecer un número arbitrario, tiene profundas raíces en la filosofía budista y la espiritualidad japonesa.
Según la creencia budista, los seres humanos tenemos 108 defectos que nublan nuestras mentes y se manifiestan en forma negativa. Estos defectos incluyen emociones como la envidia, la ira, la posesión y los malos deseos. Las 108 campanadas simbolizan la liberación de estos males, permitiéndonos comenzar el año nuevo con una mente más clara y positiva.
Hasta aquí, la explicación resulta sencilla, pero el budismo es una religión compleja y que destaca por su espiritualidad, así que el número 108 tiene una representación aún más profunda. Las campanadas también están relacionadas con las seis conciencias sensoriales: visual, auditiva, olfatoria, gustativa, del tacto y conciencia de los pensamientos.
Cada una de estas raíces tiene tres aspectos: buena, mala y neutral. Mediante multiplicaciones de las seis ayatanas o conciencias con los aspectos y las dimensiones del tiempo (pasado, presente y futuro), se llega a la cifra 108. Así, las campanadas representan la purificación de todas estas influencias negativas y la limpieza de los pecados acumulados durante todo el año.
Si se ha visitado Japón, es posible observar que las campanas de los templos budistas tienen 108 protuberancias o relieves. Cada uno de estos relieves simboliza uno de los defectos humanos mencionados.
La celebración en los templos budistas
En la noche de Nochevieja, los japoneses budistas se reúnen en los templos para escuchar estas campanadas. Cada tintineo es una oportunidad para reflexionar sobre el año que termina, liberar los apegos y comenzar de nuevo. Es un momento de purificación y renacimiento espiritual.
Así que, mientras en otros lugares del mundo brindamos con champán, cava o sidra y abrazamos a nuestros seres queridos, en Japón, las 108 campanadas invitan a mirar hacia adentro y afrontar el nuevo año con una mente más ligera de arrepentimientos.
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