El viacrucis de unos niños por jugar en un campo de fútbol ruinoso: "Salen con quemaduras y lesiones"

Heridas, quemaduras y lesiones por un césped artificial lleno de desperfectos. Estas son algunas de las consecuencias con las que tienen que lidiar cada día los usuarios de los campos de fútbol de Casa Grande, ubicados en Rivas Vaciamadrid.

Harta de vivir esta situación, Silvia (nombre ficticio) se dio cuenta de que no podía recoger a su hijo todos los días con rozaduras en las piernas y empezó a investigar sobre el asunto. "Rivas, que presume de ser la ciudad del deporte y estos campos de fútbol llevan años sin cambiarse, es un desastre", confiesa.

Sin embargo, su sorpresa llegó cuando la respuesta del club ADC Paque Sureste, cuyos usuarios entrenan y juegan en estas instalaciones, fue que ellos no podían "mover el tema alegremente" porque se arriesgaban a "perder la concesión". En ese momento, y sin recibir ninguna respuesta por parte del ayuntamiento, gobernado por Izquierda Unida, Silvia recurrió a la oposición. "El PP vino a ver el estado del campo y me dijeron que ya estaba aprobado el cambio", comenta Silvia.

Mientras tanto, el 19 de mayo, nueve días antes de las autonómicas, el Ayuntamiento de Rivas aseguraba en su página web que la rehabilitación del césped artificial se daría cuando finalizara la temporada 2022-2023, es decir, a finales de junio, y que la inversión prevista sería de unos 550.000 euros. Pasaron las elecciones, la alcaldesa de IU-Más Madrid-Equo, Aída Castillejo, revalidó su mandato y la renovación nunca llegó.

Las quemaduras que sufren cada día los jugadores. (Cedida)

Es más, al inicio de la temporada, en septiembre, la situación era exactamente la misma. "Es que no solo es el estado del césped, los aspersores tampoco funcionan y cuando hace calor la superficie arde y los niños se hacen todavía más quemaduras. Es un despropósito todo. Yo entiendo que el club tiene una concesión, pero el dueño del espacio es el ayuntamiento y se deberían haber hecho cargo ya", continúa Silvia.

Por su parte, Marta, que también prefiere no revelar su identidad real para evitar que el club tome represalias contra su hijo, ve como en cada entreno los niños salen con las rodillas completamente desolladas. Ella tampoco desiste en su intento de que se produzcan las mejoras en Casa Grande.

El estado de los campos de fútbol de Casa Grande. (Cedida)

Por ese motivo, el pasado 5 de diciembre escribió un correo dirigido a Mónica Carazo, vicealcaldesa y concejala de Deportes. "La situación en la que se encuentran los campos no puede ser más lamentable, suponiendo un auténtico peligro para los cientos de chavales que juegan y entrenan en ellos, debido a que juegan directamente sobre las bolas de caucho y en una superficie llena de socavones. No entendemos por qué todos los campos de fútbol del municipio han sido renovados y este después de 20 años sigue sin tocarse", decía el escrito.

Esa misma mañana, la concejala se puso en contacto con la usuaria y le pidió su número de teléfono. "Me explicó lo que ya sabía, todo palabrería", asegura. Este periódico ha intentado ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Rivas sin recibir ninguna respuesta.

El estado del césped. (Cedida)

No obstante, Marta recibió un correo electrónico de la Concejalía de Deportes el pasado 21 de diciembre en el que Carazo le exponía que el pasado 15 de diciembre se publicó en la Plataforma de Contratación del Sector Público "la adjudicación de la licitación para redactar dicho proyecto", y añadía que "el siguiente paso, y dentro de los plazos marcados, se deberá presentar dicho proyecto". "Te traslado esta información para que conozcas que se siguen dando los necesarios pasos para el cambio de césped", finalizaba el correo.

Agujeros en los campos de fútbol. (Cedida)

Aun así, los usuarios de las instalaciones no se creerán nada hasta que no se haga efectivo el cambio. "La sensación que tenemos todos los padres y madres es que nos van dando largas por todas partes. El club nos dice una cosa y el ayuntamiento, otra", concluye Marta, que tendrá que seguir viendo cómo usuarios como su hijo se siguen dejando la piel, literalmente, en un campo que es una ruina.

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