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La buena sintonía entre el PSOE y Sumar es una novedad respecto al anterior Gobierno de coalición, a pesar de que Yolanda Díaz y Nadia Calviño ya estén a la gresca por la reforma del subsidio del desempleo. En las dos alas del Ejecutivo admiten el buen clima y ya tiene un reflejo en los primeros nombramientos en el organigrama del gabinete. Tres subsecretarios de las carteras que corresponden al ala magenta del equipo tuvieron cargos en el organigrama de los ministerios socialistas en el anterior mandato. Y solo una de ellas conserva el mismo puesto que tenía en un cargo que combina la política y la técnica y que tiene capacidad de decisión en materias como los presupuestos o el personal.
El Consejo de Ministros celebrado el pasado martes, 28 de noviembre, culminó las modificaciones de personal en la presidencia del Gobierno y empezó a rellenar los huecos en los equipos de los ministerios. En la tanda de nombramientos, destaca este movimiento de un lado al otro del Gobierno en las subsecretarías de Trabajo y Economía Social, Cultura y Sanidad. Algo similar ocurre con la dirección del gabinete de Ernest Urtasun, ministro de Cultura, puesto que ostenta Álvaro Albacete Perea, un funcionario de carrera, como el dirigente de los comunes, que fue asesor en el área internacional de la Moncloa entre 2021 y 2022.
Los otros tres altos cargos que han pasado de ministerios del PSOE a ministerios de Sumar son José Ramón del Prado, subsecretario de Trabajo y Economía Social; Ana María Sánchez Hernández, subsecretaria de Sanidad, y María Pérez Sánchez-Laulhé, subsecretaria de Cultura.
La alto cargo del ministerio de Urtasun también comparte con él la experiencia en la carrera diplomática. En el verano de 2021, cuando Miquel Iceta dejó el Ministerio de Política Territorial, Sánchez-Laulhé se incorporó al equipo como jefa de gabinete del secretario general de Cultura y Deporte, Víctor Francos, y luego pasó a ser subsecretaria de Cultura, puesto en el que ahora seguirá con el departamento bajo control de Sumar. No obstante, no es la primera experiencia de Sánchez-Laulhé en un Ejecutivo del PSOE, ya que formó parte, como asesora, del gabinete de Trinidad Jiménez como ministra de Sanidad y Asuntos Sociales.
Ana María Sánchez Hernández, que ahora trabajará en el Ministerio de Sanidad de Mónica García como subsecretaria del ramo, también tiene una larga experiencia en ministerios del PSOE. Su último cargo es el de subsecretaria de Justicia desde la llegada de Pilar Llop, pero antes fue directora del gabinete de Pablo Zapatero como secretario de Estado de Justicia. Ya formó parte del Gobierno de Pedro Sánchez en 2019, cuando fue subdirectora de Cooperación Autonómica en el Ministerio de Política Territorial y Función Pública de Meritxell Batet, pero su estreno es muy anterior, ya que fue asesora del secretario de Estado de Justicia entre 2007 y 2012, en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero.
El último de los nombramientos con pasado socialista dentro de los departamentos de Sumar es quizás el más llamativo. Se trata del subsecretario de Trabajo y Economía Social, es decir, que colaborará codo con codo con Yolanda Díaz. José Ramón del Prado forma parte del cuerpo de administradores civiles del Estado. Tras asumir su puesto como funcionario y hacer sus prácticas, pasó por varios puestos en las subsecretarías de Sanidad y Política Territorial de Política Territorial y Función Pública. Los últimos dos años los ha pasado como jefe de gabinete de Alfredo González, secretario de Estado de Política Territorial en el ministerio que encabezaba Isabel Rodríguez.
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Esta infiltración de cargos con pasado en ministerios del PSOE, algunos con más de una década previa, no se puede traducir como combinación de los dos partidos ni de la división de ministerios entre los dos socios del Gobierno de Pedro Sánchez. Esta era una posibilidad lógica en un contexto de reducción de ministerios, pero finalmente el nuevo gabinete está formado por los mismos 22 ministros que tenía la coalición con Unidas Podemos. El reparto de 2019 provocó la división de departamentos como Universidades y Ciencia, ahora reunidos en la cartera de Diana Morant.
La ruptura más llamativa fue la de Trabajo y Seguridad Social, que se mantiene en este Ejecutivo a pesar de que el subsecretario de Trabajo y Economía Social procede de equipos del PSOE. Del ministerio que dirige Yolanda Díaz, que históricamente ha contado con miembros procedentes de UGT, depende también una organización como el SEPE, el Servicio Público de Empleo Estatal, con un organigrama donde hay cargos socialistas. El director general de esta entidad, Gerardo Gutiérrez Ardoy, fue nombrado justo después de la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al poder por primera vez.
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