Félix Bolaños, ministro de la Presidencia y de Justicia, ha asegurado tras un día de reuniones en Bruselas que la Comisión Europea tiene “cero preocupación” con la situación del estado de derecho en España y que la mayoría del tiempo de las reuniones que ha mantenido este jueves se han dedicado a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que la Comisión considera “urgente” y lleva reclamando desde hace años, y no a la amnistía para los delitos relacionados con el procés entre 2012 y 2023, que, asegura el ministro, está en línea con los “valores europeos de entenderse con los diferentes”.
El ministro se ha reunido por la mañana con Vera Jourová, vicepresidenta de la Comisión Europea, y por la tarde con Didier Reynders, comisario de Justicia. El objetivo era explicarles a ambos la Ley de Amnistía, pieza clave del acuerdo entre los socialistas y los independentistas catalanes de Junts per Catalunya y de Esquerra Republicana que permitió la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, y también abordar el asunto del CGPJ. Aunque Bolaños ha asegurado que no existen dudas en la Comisión, donde asegura que “conocen (...) que es conforme con la constitución, también con el derecho de la Unión Europea”, lo cierto es que desde el Ejecutivo comunitario remiten al discurso de Reynders en la Eurocámara de la semana pasada, donde señalaba que los equipos jurídicos analizarían la ley al detalle cuando esta hubiera completado el procedimiento legislativo.
Bolaños ha asegurado que hay una cooperación “leal” con la Comisión Europea. “Era importante (venir a Bruselas) porque es importante poder hablar sin ruido, porque es la manera de entenderse mejor, intercambiar opiniones y poder hablar de manera leal, abierta y con claridad”, ha asegurado el ministro tras finalizar un día de encuentros que ha comenzado con una reunión con el eurodiputado socialista Juan Fernando López Aguilar, presidente de la comisión de Libertades y Derechos Civiles del Parlamento Europeo.
El objetivo del ministro era explicar la ley de amnistía pero también intentar frenar la campaña de “internacionalización” que el Partido Popular ha lanzado contra la amnistía, y que por ahora ha provocado un debate en el hemiciclo de la Eurocámara. De hecho, Bolaños se ha referido directamente a la oposición, pidiéndole “que no intente dañar la reputación” del país “para lograr objetivos políticos” en los que, además, “fracasan”. “En Europa no hay ninguna preocupación con el estado de derecho. Es legítimo oponerse a la ley de amnistía, pero que no jueguen con el buen nombre de España”, ha pedido Bolaños. “Se es patriota cuando se defiende a España y se habla bien de España y no generando ruido y dudas, que no hay ninguna”, ha insistido de nuevo el ministro.
Cautela en la Comisión
La Comisión Europea sabe que cualquier referencia a la ley de amnistía puede provocar una crisis política y han optado por enviar mensajes muy discretos al finalizar los encuentros en el día de hoy. “Hicimos un balance de la situación del Consejo de la Judicatura y de las últimas novedades relativas a la ley de amnistía. El diálogo continuará con las autoridades españolas”, ha escrito el comisario de Justicia en sus redes sociales. Por su parte, Jourová también ha señalado simplemente que ha sido “un placer conocer al Ministro Bolaños” y que discutieron sobre “la ley de amnistía, el CGPJ y aspectos más amplios sobre la democracia y el estado de derecho”.
El diálogo entre Bruselas y el Gobierno ha sido continuo durante todas las semanas previas al anuncio del acuerdo entre el PSOE y Junts a muchos niveles. Desde el Ejecutivo comunitario se encargaron de que en la Moncloa supieran cuáles eran los puntos que la ley tenía que evitar tocar, como por ejemplo amnistiar delitos relacionados con corrupción que afectara al presupuesto de la Unión Europea o cualquier mención al lawfare, implícita o explícita. De hecho, el acuerdo entre PSOE y Junts y la protesta unánime de las organizaciones de magistrados ante la mención al lawfare preocuparon a la Comisión Europea, que puso la lupa en esa cuestión.
El encuentro con Jourová ha sido más o menos de una hora, algo más largo ha sido el encuentro con Reynders. La relación con el belga es la más delicada. Reynders escribió una carta solicitando más información sobre la amnistía el día antes de que se anunciara el acuerdo con Junts, provocando que fuentes de la negociación le tacharan de “comisario de derechas” y de que Bolaños le respondiera en una carta muy cortante. Desde entonces, la Moncloa ha dejado claro al belga que se trata de un “asunto interno” y el comisario de Justicia ha bajado el perfil.
La Comisión Europea y sus servicios jurídicos tienen el texto de la amnistía desde el mismo día en el que el grupo socialista la registró en el Congreso de los Diputados. Los asuntos más sensibles parece que se han esquivado, pero Reynders ha sido claro sobre que no se concluirá ningún análisis hasta que el Ejecutivo comunitario no reciba el texto final una vez terminado el trámite parlamentario y que también seguirá posibles derivadas del acuerdo entre PSOE y Junts, como las comisiones de investigación parlamentarias.